/fol. aj r/
/fol. aj v/
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llustre Señor:
costumbran
fortuna y naturaleza ser entre sí muy contrarias,
porque claro paresce que aquél a quien fortuna le
hizo dichoso y rico, naturaleza le haze torpe y rudo. Y, por
el contrario, aquél a quien naturaleza hizo de gentil
entendimiento y bien acostumbrado, fortuna le haze
desdichado y pobre. Pero acontesce que algunas vezes por
bien de alguno se hazen amigas, como vemos que lo han sido
para con vuestra merced, dándole la una estado y la
otra virtud. Y, pues esto es verdad, sin mezcla de lisonja,
síguesse que todos le devemos, según el
philósopho, honra y servicio. Considerando yo esto,
miré si havría entre mis paperes y
lazería algo con que servirle, y hallé tres
comedias hechas en prosa que penavan por verse ya en la
emprenta. Las cuales, por ser nascidas en mi casa, sé
que con razón quedarían quexosas si a otro que
a vuestra merced les diesse por amparo y protector.
Ahí van: yo le suplico las vea y permita que con su
favor se impriman, entretanto que otros autores le dediquen
obras de más alta suerte, pues de todos los que saben
es tenido por un Mecenas.
Besa las manos de vuestra merced
su criado y servidor Juan Timoneda.
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/fol. aij r/
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De Don Diego de la Cueva
en loor de la obra
Soneto
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Lector que con cuidado vas
buscando
para tu gusto cosas deleitosas,
aquí están estas Tres Comedias muy
graciosas
que van nuestros sentidos deleitando.
En prosa castellana van hablando
sentencias salutíferas famosas,
verás si son, cual yo digo, gustosas
leyéndolas; mejor representando.
Esto se deve al grande Timoneda,
aquél qu'el verso tiene ya de suyo,
en quien toman lición representantes,
por quien floresce Turia y su arboleda,
por quien puede avisarse el saber suyo
de ver unos trastuecos tan puxantes.
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/fol. aij v/
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De Phelipe Arcayna
en loor de la obra
Soneto
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Antiguamente en Grecia se
preciavan,
aquellos que virtudes sostenían,
que por gran don al hijo que tenían
el arte de Poesía le mostravan.
Homero, ¿tus cantares qué
cantavan?
Virgilio, ¿tus primores qué
dezían?
Poetas, ¿vuestros versos qué
sentían,
sino todo virtud cuanto tratavan?
Si éstos justamente merescieron
tantos grados de gloria por su verso,
tu prosa, Timoneda, ¿qué meresce?
Tu nueva luz, tu arte, ¿dó la
vieron?
Seguro vas del tiempo qu'es adverso
pues ninguna razón lo compadesce.
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/fol. aiij r/
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El Autor a los lectores
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Cuán apazible sea el estilo cómico para
leer puesto en prosa, y cuán propio para pintar los
vicios y las virtudes, amados lectores, bien lo supo
el que compuso los amores de Calisto y Melibea, y el
otro que hizo la Tebaida. Pero faltávales a
estas obras para ser consumadas poderse representar como las
que hizo Bartholomé de Torres y otros en metro.
Considerando yo esto, quise hazer comedias en prosa de tal
manera que fuessen breves y representables; y hechas, como
paresciessen muy bien, assí a los representantes como
a los auditores, rogáronme muy encarescidamente que
las imprimiesse porque todos gozassen de obras tan
sentenciosas, dulces y regocijadas. Fue tanta la
importunación, que no podiendo hazer otra cosa, he
sacado por agora, entretanto que otras se hazen, estas tres
a luz, es a saber: la Comedia de Amphitrión,
la de los Menennos y la Carmelia. Y pues esto
yo lo hago por el fin que tengo dicho, creo que todos lo
aprovarán por bueno, y si no, la intención me
salva.
Valete.
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