INTRODUCCIÓN Y CRITERIOS DE EDICIÓN
Comedia
Serafina
Para la presente edición he
utilizado como texto base el impreso considerado como princeps, publicado en Valencia en casa de Jorge Costilla en 1521
(el ejemplar que manejo es el conservado en el British Library Sig. G. 11372
(1)). He consultado, además, la edición sevillana editada en casa de Andrés de
Burgos, 1546 (ejemplar perteneciente a la B.N.M.).
Para más datos, se puede
consultar mi edición con notas: Canet, José Luis, De la comedia humanística al teatro representable (Égloga de la
tragicomedia de Calisto y Melibea, Penitencia de amor, Comedia Thebayda,
Comedia Hipólita, Comedia Serafina), Valencia, UNED-Univ. de Sevilla y
Univ. de València, col. Textos Teatrales Hispánicos del siglo XVI, 1993.
Los
criterios gráficos y ortográficos son:
a) Modernización de la
puntuación, acentuación y uso de mayúsculas según el uso actual.
b) Desarrollo de las
abreviaturas.
c) Introducción de aquellas
partículas omitidas en el texto, como a,
de, que, etc., para una mejor
comprensión del texto, colocándolas entre corchetes. Asimismo cualquier
modificación al texto se inserta entre corchetes.
d) Se separan las palabras
aglutinadas mediante el apóstrofe: quel
por qu’él, qu’es, etc. (se mantienen las contracciones propias del siglo XVI: della, desto, daquello, etc.), y se
agrupan aquellas que hoy en día constan de un solo grafema: tan bien por tanbién, aun que por aunque, etc.
e) Modernización de las
grafías según el siguiente criterio:
1.- La u y v se transcriben según su valor:
vocálico en u, consonántico en v
2.- La i y j se transcriben según su valor:
vocálico en i, consonántico en j.
Para
una mayor comprensión de su estructura dramática, anoto los apartes y separo
con un espacio mayor en blanco los cambios de escenario o de lugar. Por otra
parte, pongo entre comillas simples los refranes, sentencias, etc.
INTRODUCCIÓN:
- La Comedia Serafina: la
más pura tradición de la comedia
La Comedia
Serafina (publicada junto a la Thebayda
en Valencia en 1521 y posteriormente en Sevilla, 1546), retomando algunos
elementos de los apartados anteriores (sobre todo la reprobación amorosa),
sigue, si cabe más aún, la estructura de los “tratados de amor”. En una
primera lectura del De amore de
Andreas Capellanus surge inmediatamente el esquema siguiente: en primer lugar
la definición del tema (el amor), posteriormente su desarrollo (cómo se
alcanza, se mantiene o desaparece) bajo la fórmula de debate y la conclusión o
reprobación del amor. El Tractatus se
inicia, pues, con la definición del amor, como hará el autor de la Serafina en la primera Cena; una vez
definida la temática, se procede a la discursión sobre la consecución de dicho
amor y modos y formas para lograrlo, que corresponde a la intriga de la comedia
humanística, o lo que es lo mismo, mostrar, como hará Pinardo, cómo se puede
conseguir ese amor; concluyendo con la reprobación amorosa, como señalaba
Andreas Capellanus: “Así pues, léete el presente librillo no con la intención
de imitar la vida de los amantes, sino para que, una vez conozcas su doctrina y
sepas cómo seducir a las mujeres para el amor, puedas obtener la recompensa
eterna absteniéndote de dicha seducción y merecer, así, ser honrado con un
premio mayor junto a Dios. En efecto, más complace a Dios aquel que, teniendo
la posibilidad de pecar, no hace uso de ella que aquel a quien no se ha dado
dicha posibilidad.”, y lo mismo hará el autor de la Serafina en el “Numque” final. Este mismo espíritu defiende el
bachiller Joan Rodríguez Florián en la Comedia
Florinea en su “Proemio”.
No
sabemos la fuente exacta de la Comedia
Serafina, pero participa de la evolución de la comedia humanística latina
en los últimos años del Cuatrocientos y principios del Quinientos en Italia, en
cuanto a la incorporación de muchos de los componentes plautinos y terencianos,
la búsqueda de una mayor unidad temporal y de acción, así como la posible
traslación de la novelística a la comedia. La extremada sencillez de la trama
se ve ampliada con personajes curiosos, más cercanos a las novelle italianas que a la propia tradición de la comedia (como el
marido cornudo, la vieja lujuriosa, la esposa largo tiempo casada pero todavía
virgen, etc.), aunque sigua incorporando los clásicos criados terencianos: servus fallax, servus pedagogus, etc.