Safo


Capítulo xxxxv: De Saphos Lesbia, que fue poeta, cuya virtud fue muy loada porque compuso poesías y fizo versos y obras que ahun hoy están en grande veneración y estima.


Saphos Lesbia fue donzella de la ciudad Mitilena, y no sabemos más desto: de su origen y nacimiento. Empero si paráremos mientes al studio, lo que la antiguidad quitó, veremos en parte tornado en silla. Conviene saber: ella haver sido fija de nobles y illustres padre y madre, porque sus excellencias nunca las pudo el coraçón soez y baxo dessear, o alcançar el de simple linaje. Ésta, ahunque no sepamos en qué tiempo floreció, fue empero de ánimo tan generoso que siendo en la flor de su moçedad y fermosura, no contentándose de sólo saber yuntar las letras, con grande desseo y fervor de ánimo y aconsejada de la graciosidad de su ingenio, con studio muy diligente por los lugares peligrosos y despeñadizos de Pernaso, alto en la cumbre, con osadía próspera mezclóse con las musas, y andad[o] y passeado toda la selva y breña láurea llegó a la cueva de Apollo, y mojada de la agua de Castalio, tomado el arco de la viuela de Phebo, guiando la dança las sagradas Nimphas, no dudó tañer las cuerdas suave y dulcemente, y cantar algunos suaves y dulces cantares. Las quales cosas ahun a los muy studiosos y expertos parecen diffíciles.

E por abreviar, con su studio llegó que fasta hoy su noble verso por testimonio de los antiguos sea tovido por enxemplo y muy special memoria. Una statua de arambre fue dedicada a su nombre y alabança; y ella nombrada y contada entre los poetas más principales, que por cierto, las coronas de los reyes no tienen mayor resplandor, ni las tiaras de los pontífices, ni las guirlandas de los vencedores y triumphantes. Empero si de creer es y fe alguna se deve dar a la scritura, assí como prósperamente y venturosa studió, assí fue por su desdicha y desventura muy enamorada. Ca, o por la graciosidad o por fermosura o por otra gracia y gentileza qualquiere, ella occupada de los amores -o por más propiamente fablar de una pestilencia y ardor intollerable-, como aquél no fuesse conveniente para su desseo ni le respondiesse a su querer, dizen que fizo unos versos doloridos y llorosos contra la dureza de aquél, gemiendo, y haverlos cantado. Los quales yo hoviera pensado ser elegos, como los elegos sean atribuidos a la tal materia, si no hoviesse leydo -dexadas las otras species- quasi de los versos passados, haver ella fallado y inventado una nueva manera que va muy diversa en los pies de las otras, la qual derivada de su nombre llaman sáphica.

Mas, por cierto, de reprender son las Musas, que tañendo Amphíon la viuela podieron fazer mover las piedras, y cantando Sapho no quisieron amollecer el coraçón de un mancebo.


Johan Boccaccio, De las mujeres illustres en romance, Zaragoza, Paulo Hurus, Alemán de Constancia, 1494, fo. 52 r. y ss.