Capítulo xj: De Marsepia o Marthesia y Lampedon, 
hermanas reynas de las amazonas, cuya virtud fue tanta que 
Hércules con otros señores y nobles fueron embiados 
a las conquistar. 
 Marsepia, siquier Marthesia, y Lampedon, hermanas, fueron ambas reynas de 
las amazonas. Y por la excellente gloria de las guerras se llamaron fijas 
de Mares, cuya historia por ser peregrina quiero 
començar de un poco más alto. En aquel tiempo de Scithia, región salvaje a la 
qual van pocos estraños y comiença del puerto Euxino y va debaxo del Arto Norte 
fasta el Mar Mayor, vinieron Siliosio y 
Scolapio, mancebos de casa real, según dizen, 
echados de su tierra por bandos de los principales del reyno con parte de 
aquellos pueblos. Y llegados cabe Thermodontario de Capadocia, y ocupados los 
campos de Ciria, començaron de vivir de rapina y fatigar a los comarcanos y 
moradores con latronicios. En fin, por discurso de tiempo con assechanças de 
guerra y engaños, matáronlos quasi a todos. Y como se viessen viudas las mujeres 
y lo tomassen muy fuertemente, y deliberassen con fervor y ira entender en la 
vengança de sus maridos, con los pocos hombres que les quedaron vinieron a las 
armas. E luego en la primera pelea echaron los enemigos de su tierra; y dende 
aquí començaron de principiar y mover guerra por su voluntad a los comarcanos 
que estavan alderredor. E finalmente, pensando ellas y considerando ser más 
servidumbre que matrimonio el ayuntarse a hombres estranjeros, y que las mujeres 
solas podían abastar para la guerra y las armas, y porque no pareciessen aquellas 
solas entre las otras haver havido los dioses más mansos y propicios, cuyos 
maridos la suerte y fortuna havía guardado que los comarcanos no los matassen 
como a los otros, de común parecer y consejo, por quedar todas libres, dieron en 
ellos y mataron todos los maridos que les quedavan.
Marsepia, siquier Marthesia, y Lampedon, hermanas, fueron ambas reynas de 
las amazonas. Y por la excellente gloria de las guerras se llamaron fijas 
de Mares, cuya historia por ser peregrina quiero 
començar de un poco más alto. En aquel tiempo de Scithia, región salvaje a la 
qual van pocos estraños y comiença del puerto Euxino y va debaxo del Arto Norte 
fasta el Mar Mayor, vinieron Siliosio y 
Scolapio, mancebos de casa real, según dizen, 
echados de su tierra por bandos de los principales del reyno con parte de 
aquellos pueblos. Y llegados cabe Thermodontario de Capadocia, y ocupados los 
campos de Ciria, començaron de vivir de rapina y fatigar a los comarcanos y 
moradores con latronicios. En fin, por discurso de tiempo con assechanças de 
guerra y engaños, matáronlos quasi a todos. Y como se viessen viudas las mujeres 
y lo tomassen muy fuertemente, y deliberassen con fervor y ira entender en la 
vengança de sus maridos, con los pocos hombres que les quedaron vinieron a las 
armas. E luego en la primera pelea echaron los enemigos de su tierra; y dende 
aquí començaron de principiar y mover guerra por su voluntad a los comarcanos 
que estavan alderredor. E finalmente, pensando ellas y considerando ser más 
servidumbre que matrimonio el ayuntarse a hombres estranjeros, y que las mujeres 
solas podían abastar para la guerra y las armas, y porque no pareciessen aquellas 
solas entre las otras haver havido los dioses más mansos y propicios, cuyos 
maridos la suerte y fortuna havía guardado que los comarcanos no los matassen 
como a los otros, de común parecer y consejo, por quedar todas libres, dieron en 
ellos y mataron todos los maridos que les quedavan. 
Y dende bolviendo su ira sobre los enemigos, quasi queriendo vengar las 
muertes de sus maridos, tanto los desparataron y maltrayeron que ligeramente 
recabaron paz dellos. La qual recabada para haver successión, quando las unas, 
quando las otras, ayuntávanse a los comarcanos y vezinos. Y después de haver 
concebido, luego se bolvían a su patria. Y después a los que nascían varones 
matávanlos luego; y guardavan con diligencia a las mujeres para la arte militar 
y del campo. Y siendo ternezitas, o con fuego o con otra cosa, quitávanles que 
la teta derecha no les cresciesse, porque después de mujeres fechas no les 
diesse empacho al tirar con el arco las flechas; y dexávanles la teta yzquierda 
sin lisión para criar los fijos. De lo qual nasció el vocablo de amazonas. 
Y en criar sus fijas no siguieron la costumbre y manera de las nuestras, 
mas dexada la rueca y dexadas aparte la costura, labrar de manos y los otros 
officios mujeriles, avezavan las mochachas mayorcitas a caçar y a correr, y a 
domar cavallos y a los trabajos de las armas, y a tender el arco y semejantes 
exercicios, para que toviessen la misma habilidad, denuedo y fuerça que los 
hombres. Con las quales artes no solamente hovieron los campos Cirios, ganados 
antiguamente y ocupados por sus antepassados, mas ahun gran parte de Europa 
ganada por derecho de guerra; tomaron después gran parte de la Asia, y vinieron 
todos a haverles miedo.
E porque no falleciesse regimiento y govierno a sus fuerças, después de 
haver muerto los hombres, escogieron y alçaron por reynas a Marsepia y Lampedon, 
so cuya dicha y ventura, según diximos, acrescentaron su imperio. E como éstas 
fuessen insignes en la disciplina militar, partiéronse el govierno y trabajo 
desta manera: que la una quedando en guarda del reyno, la otra salía fuera con 
gran parte de la gente a conquistar y poner debaxo del yugo de su imperio los 
que estavan comarcanos y vezinos. Y assí se partían a vezes el govierno y la 
conquista; y assí ganando y conquistando tierra, acrescentaron algún tanto su 
república.
E como Lampedon hoviesse postreramente levado la hueste contra los enemigos 
más extremos, Marsepia, fiando mucho de sí misma, tomada en descuydo por un 
súbito assaute de los bárbaros que estavan en la frontera, con parte de su gente 
fue muerta, dexadas algunas fijas. Empero, ¿qué se siguió después de Lampedon? 
No me acuerdo haver leydo.
Johan Boccaccio, De las mujeres illustres en romance, Zaragoza, Paulo Hurus, 
Alemán de Constancia, 1494, f. 17 r y ss.