Lavinia


Capítulo xxxix: De Lavinia, fija del rey Latino, la qual Eneas tomó por mujer, de lo qual siguió muy áspera guerra entre el mesmo Eneas y el rey Turno y Latino. Empero a la postre, vencido Turno, Eneas la obtuvo y hovo della un fijo llamado Ascanio.


Lavinia, reyna de los laurentes, descendiente del linaje de Saturno, el de Candia, fue única fija del rey Latino y de Amata, su mujer, y finalmente mujer de Eneas, el más valiente capitán de los troyanos. Más nombrada y esclarescida porque fue causa de la guerra de Eneas y de Turno, el rutilo, que por otra alguna fazaña. La qual por su insigne fermosura y por el reyno de su padre, en el qual havía de succeder, era demandada con muy grande instancia por mujer por Turno, rey de los rutilos, mancebo muy enamorado, de lo qual le havía puesto en esperança Amata, su madre, la qual le favorescía mucho, siendo codiciosa y desseosa de haver nietos. Empero Latino, hombre docto en el arte de adevinar, como hoviesse havido respuesta de los dioses y revelación que su fija havía de ser casada con un capitán estrangero, venía perezos[o] a casarla con Turno antes luego que ribó Eneas de Troya desterrado y quasi fuydo. Latino assí porque era el dicho Eneas hombre de gran linaje como porque era amonestado por revelación, le offreció -requerido por él- no solamente amistad mas ahun la fija. Por lo qual se movió guerra entre Eneas y Turno; y después de muchas peleas, obtuviendo y venciendo los troyanos con muchas feridas y sangre y muertes de muchos nobles hombres, Eneas casó con Lavinia, muerta Amata, que de yra se havía ahorcado.

Hay, empero, algunos que quieren y tienen opinión que la guerra començó después de las bodas. Empero, como quiera que haya sido, es cosa manifiesta Lavinia haver concebido un fijo de Eneas, claríssimo príncipe. El qual, fallescido en el río Minucio antes que ella pariesse, como temiesse a Ascanio, su annado que reynava, ella se fue a las selvas y montes, y ende parió un fijo, al qual -según algunos dizen- puso nombre Julio Silvio. E como Ascanio fuesse más obediente a su madrasta de lo que otros crehían y hoviesse edificado para sí la ciudad de Alba, fuese de su mesmo grado y dexó a Lavinia el reyno de su padre, el qual -Lavinia toviendo guardada en su coraçón la antigua nobleza, viviendo honesta y castamente- tuvo con gran diligencia y lo conservó tanto fasta que lo renunció a Silvio, que era quasi de xiiij. años, en cosa alguna no diminuido. Algunos, empero, dizen ella haver sido llamada y quitada del propósito de las selvas [y] haver casado con un Melanpodo, y que Ascanio crió a Silvio con amor propio de hermano.


Johan Boccaccio, De las mujeres illustres en romance, Zaragoza, Paulo Hurus, Alemán de Constancia, 1494, fo. 46 r. y ss.