Capítulo ix: De Europa, reyna de Candia, mujer del rey
Júpiter, la qual él corrompió estoviendo en la
popa de una nave que tenía por estandarte un toro, ahunque fabulosamente se
diga que Júpiter fue transfigurado en forma de toro y haverla assí deshonrado,
assentado sobre las cuestas della. Y de tanta auctoridad fue esta reyna que
dio apellido y nombre a la tercera parte del mundo, la qual ahún hoy se dize
Europa. Y hovo en fijos a Minos y a
Radamanto.
Algunos creen que Europa fue fija de Phénice,
empero muchos más dizen que fue fija de Agénor,
rey de los phénices, y que fue tan maravillosamente fermosa que el Júpiter de
Candia se enamoró della sin jamás haverla visto. Y como siendo poderoso le
pusiesse assechanças para la rebatar, dizen algunos que por medio de las
palabras y intercessión de uno, vino esta donzella dissolutamente de los
montes al puerto de los phénices, siguiendo el ato y rabaño de su padre.
Y dende, luego rebatada y puesta en una nave que tenía por estandarte o seña
la figura de un toro blanco, fue levada a Candia. Por lo qual me pareçe no ser
de loar el dar a las donzellas mucha licencia de yr donde quieren y el parar
los oydos a qualesquiere palabras, como yo haya leydo muchas vezes haver
acahescido, que platicándose tales cosas se manzilla mucho y ensuzia la honestad,
y con tales manzillas y infamias que ahun la fermosura de la castidad perpetua
no las puede asaz alimpiar. Y dende se muestra claramente que tomó principio
aquella fictión o fábula, en donde se lee Mercurio
haver echado faz al puerto los atos de los phénicos, y Júpiter ser transfigurado
en toro y nadando para Candia haver llevado consigo la virgen Europa.
Empero los antiguos discuerdan en el tiempo del arrebatamiento d'ésta,
ca los que ponen lo más antiguo dizen que acaheçió reynando en Grecia
Danao; otros que reynando Ac[r]isio;
y los que son postreros dizen que reynando en Athenas Pandíon.
Lo qual pareçe más convenir y concordar con los [ti]empos de Minos, fijo de
Europa. Algunos dizen, sin más, que Júpiter la deshonró y que después casó
con Aster[i]o, rey de Candia, y que de él hovo
a Minos, Radamanto y Sarpedó[n], los quales
dizen muchos haver sido fijos de Júpiter. La qual diversidad, como quier que
a otros pertenezca, empero los más dizen que fue mujer enobleçida por el
matrimonio de un tan gran dios. Affirmando allende desto algunos, quier porque
fue de gran linaje, ca los phénices por sus grandes merescimientos en su tiempo
fueron más noble nación que otra alguna, quier por la honra y veneración de su
divino marido, quier por respecto de sus fijos reyes o por la grande y special
virtud de la misma Europa, [que] la tercera parte del mundo, Europa, del nombre
d'ésta haver tomado denominación. La qual, por cierto, yo tengo por illustre
mujer en virtudes y insigne, no solamente por el nombre que de ella tomó aquella
parte del mundo, mas ahun por la maravillosa statua de metal que dedicó a ella
el illustre philósopho Pictágoras.
Europa más pienso que tomó el nombre de la tercera parte del mundo, que
llaman Europa, que no que della tan gran provincia le tomasse, porque fue
costumbre de los antiguos gentiles de se querer procurar fama con grandes
nombres y apellidos famosos. Que assí leemos que lo fizo
Saturno, porque d'él pensassen mayores grandezas
que las humanas trocó los nombres de su padre y madre, que se llamavan de antes
Uranio y Vesta, mandó
llamarlos de que fueron muertos: Cielo a Uranio y
Tierra a su madre Vesta. Y assí tovo lugar de
engañar el mundo y despacharse por fijo del Cielo y varón celestial y fijo
de la Tierra, quasi que fuesse más grande que humano, porque a los s[o]brado[s]
grandes llamavan fijos de la tierra y a los altos y firvientes fijos del
éther, que es el fuego celeste.
Y de aquí tomavan color para engañar los pueblos y fazerse estimar por
más que hombres. Y ayudó mucho a esto la liviandad de los griegos, que de
todo lo que en su favor se dixiesse havían plazer y lo ponían adelante. Y
acabóse de estragar el fecho con el poderoso mentir de los poetas de entonce,
que pues algo por más acompañar la hystoria de suyo añadiessen. Todo lo tenían
por fermoso y dulce, y desta manera diffamavan a su antojo las otras naciones,
engrandeçían demasiado la suya, que por esso dixieron que
Gerión, rey de Spaña, vencido por
Hércoles, que tenía tres cuerpos y era trifforme,
porque afeassen más la forma del vencido rey y engrandeçiessen al vencedor
de los monstruos y feroces fechuras. Como en la verdad fuera más justo condenar
al tirano, que mano armada robava los regnos agenos y destruya las tierras,
y llamarle otro Ysíon, como llamaron al primer
inventor del fazer cavalgadas, y ponerle con él en la rueda en que andava
en el infierno, que llamarle triumfador.
Tanbién paresce diffícile de poderse provar cómo el dios Júpiter se truxo
la Europa, que según la orden y ley de la hystoria muy viejo era Júpiter
quando Europa era moça, que ahuelo suyo podiera bien ser. Mas pudo ser que
Minos, que fue fijo suyo y juez del Infierno, como los poetas fingen por
enoblescer más su linaje, mandasse llamar a su madre Europa como quasi naçido
no sólo de Júpiter, adorado por entonce por dios, pero de la más noble parte
del mundo, que es la Europa, do todas las sciencias, sanctidades y vencimientos
y glorias de cavallería sobre todas las naciones hovieron comúnmente luzido,
a lo menos desd'el primer Júpiter, que fue rey de Athenas, fasta el
Alixandre. Y luzió después fasta la venida de
Christo; y mucho más de entonce acá siempre ha luzido, luze y luzirá. Ni es
de presumir que al tiempo del tercer Júpiter,
que fue rey de Candia y nieto del hermano de Júpiter
el primero y sobrino del hermano del segundo Júpiter,
que ya la tercia parte del mundo en que ganaron ellos título de reyes divinos
(y hoy día se puebla la mejor gente del mundo) no se llamasse como agora Europa,
que el Orfeo, Lino, Museo y otros antiguos poetas
que entonce escrivieron assí entiendo que la llamaron.
Johan Boccaccio, De las mujeres illustres en romance, Zaragoza, Paulo Hurus,
Alemán de Constancia, 1494, f. 15 v y ss.