/fol. aj r/ |
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y puesta en gracioso estilo y elegantes sentencias.
[Escudo con la siguiente inscripción:
CASANDRO, padre de Audacia
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/fol. aj v/ |
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de tres pastores y el Dios Cupido, los
cuales
CUPIDO, Dios de amor
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Cupido |
Atrevidos y enamorados pastores ¿de dónde os vino tanta osadía que recostados en vuestras cabañas y con gran descuido osássedes ultrajar mi divinidad? Y pues con mi potencia os he traído a este lugar, cada uno dé razón de sus quexas para que se haga justicia. |
Ginebro |
Dios y señor Cupido, a mí ningún perjuizio me tienes hecho, antes bivo con gran contentamiento. |
Claudino |
Yo con gran descontentamiento. |
Clímaco |
Yo con mucho más. |
Cupido |
Sepamos la causa. |
Claudino |
Yo te la contaré, muy alto Cupido. Ha de saber tu magestad que, viéndonos heridos de tu mano Ginebro, Clímaco y yo, /fol. aij r/ de amores de la muy hermosa zagala Temisa, acordamos, por quitarnos de renzillas y cordojos, de presentarnos delante su agraciado conspecto para que dixesse ella misma a cuál de nosotros escogía por su requebrado. |
Clímaco |
Y porque, encumbrado Cupido, mejor lo comprehendas, has de saber que primero cada cual de nos contó en su presencia las gracias de que era dotado. |
Cupido |
Sepa yo qué gracias le proposastes. |
Claudino |
Yo le dixe: Amantíssima zagala, sábete que soy tan esforcegudo que por mis fuerças soy temido en toda Estremadura de los más valientes zagales, por lo cual pretiendo que me has de escoger por tu servidor. |
Clímaco |
Yo le dixe: Oye, zagala de bel parescer, tú sabrás qu'en toda la mesta no se hallará zagal tan franco y liberal como yo. Y porque nasce esta virtud de ánimo generoso y grande, creo que me rescibirás por tu zagal, dexando a cualquier d'essotros. |
Ginebro |
Yo le dixe: Requebrada pastora, sabrá tu hermosura que la cosa de que yo más me precio es de ser prudente y sabio, en tanta manera que primero que hable ni ponga por obra ninguna cosa, tengo gran cuenta con el fin d'ello, y porque a quien esto tiene /fol. aij v/ no le puede ser dañosa la próspera ni adversa fortuna, deves rescebirme por tu requebrado. |
Cupido |
En fin, ¿a quién escogió? |
Clímaco |
A Ginebro, por mi mala suerte. |
Ginebro |
A mí, porque assí convenía. |
Claudino |
A ti, que nunca deviera. |
Cupido |
Antes sabiamente escogió la zagala. |
Clímaco |
¿Por qué? |
Cupido |
Yo te lo diré. Para que la muger discreta quiera bien, has de saber que no son bastantes las fuerças de Hérçules ni las liberalidades del magno Alexandre. |
Claudino |
¿Sino, qué, señor Cupido? |
Cupido |
Saber virtuoso, honesta conversación, continua criança, amor luengo, zelar la honra. Todas estas cosas bien alcançadas sólo el verdadero saber las alcança. |
Clímaco |
Ahí te aguardava, Cupido. Si los amores son luengos passa peligro que se descubran, y si son descubiertos síguense grandes peligros. |
Claudino |
Dize la verdad. |
Clímaco |
Di, para ello, ¿qué remedio dará el sabio? |
Claudino |
Por cierto ninguno. Antes el esforçado y liberal terná ganados amigos que le favorezcan en semejantes peligros. |
Cupido |
Bien paresce que sois pastores. Havéis de saber que al verdaderamente sabio nin-/fol. aiij r/ -guna cosa d'éssas le falta: él es esforçado en refrenar sus ojos, mandándoles que no miren a quien bien aman, si por mirar se ha de seguir escándalo; es más que liberal en no dar parte de sus secretos cuando vee que no conviene. Y havéis de saber que los amigos adquiridos por esfuerço y liberalidad suelen faltar muchas vezes a sus amigos en las necessidades, porque faltando el interesse y esfuerço con que fueron ganados faltan ellos también. |
Clímaco |
Tienes razón. Vencido nos has, ¡oh, alto Cupido! y damos por buena la eleción que hizo la sabia pastora Temisa. |
Claudino |
Lo que te suplicamos agora es que nos buelvas a nuestras acostumbradas cabañas y prazenteros sombríos. |
Cupido |
Soy contento, mas primero quiero que narréis lo que os encomendó el autor al entrar de la puerta. |
Ginebro |
Que somos contentos. |
Clímaco |
Sapientíssimos auditores, nuestro Autor os dessea paz y salud tan larga como la vida de Matusalén, y os haze saber cómo quiere, por daros plazer y regozijo, representar una comedia de Plauto llamada de los Menennos. Pídeos por merced qu'estéis atentos, qu'en breves palabras se os dirá el argumento. |
/fol. aiij v/ |
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Claudino |
Quítate allá; déxamelo començar a mí. |
Clímaco |
Comiença ya. |
Claudino |
Sabrán vuestras reverencias que en la ciudad de Sevilla hovo un rico mercader llamado Menenno, el cual tenía dos hijos nascidos de un parto. Eran tan semejantes en la forma y gesto que muchas vezes la misma madre que los havía parido tomava el uno por el otro. |
Ginebro |
Vino a caso que, siendo estos dos hermanos de edad de quinze años, cargó el padre una nave de muchas mercadurías para Levante, y, llevando consigo uno de sus hijos, llamado Menenno, se partió, dexando el otro con su madre Claudia. |
Clímaco |
Siendo embarcado, fuele la fortuna tan contraria que tres días y tres noches corrió por la tempestuosa mar sin saber a dónde ivan, y a la fin vino a dar en una peña de la isla Conejera, a donde todos perescieron, ecepto el hijo Menenno, el cual, abraçado con una tabla, vino a tomar tierra en el cabo de Cullera. |
Claudino |
El desdichado mancebo vínosse a Valencia, a donde assentó por criado de Casandro, mercader de mucho trato y biudo, el cual, teniendo no más de una hija, a cabo de tiempo la casó con él en pago de sus buenos servicios. |
/fol. aiiij r/ |
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Ginebro |
La desventurada madre, sabiendo en Sevilla las tristes nuevas, y creyendo ser todo perescido, puso nombre Menenno al hijo que le quedava, por el amor que tenía al hijo y marido ya defuntos. |
Clímaco |
De manera, señores, que ambos a dos hermanos, porque mejor lo entendáis, se llamavan Menennos. |
Ginebro |
Muerta la madre, el Menenno sevillano, certificado por un adevino que su hermano era bivo y qu'estava en España, determinó de ir a buscallo con un esclavo suyo, y a cabo de tiempo aportó en Valencia, a donde por sus medios se vernán a conoscer, como aquí claramente verán los que atender quisieren. |
Claudino |
Nosotros no podemos atender. |
Cupido |
Ni quiero que atendáis, sino que nos vamos cantando. |
Clímaco |
Vamos.
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Canción
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