Después
que todos ovieron propuesto cada uno su quistión, porque el
sol se yva a poner, de cuya causa hazía más templado
ayre en los lugares del jardín, madama María, reyna de
aquel amoroso pueblo, se levantó en pie y les dixo:
"Cavalleros y damas, ya son acabadas nuestras
quistiones, a las quales con ayuda de Dios yo he respondido
según mi mediano saber, siguiendo antes exercicio de razones
para passar la fiesta que no auto de disputa.
Bien conozco que muchas más
cosas que las /[exjr.]/ que avemos dicho se podrían
responder a ellas. Pero las que están dichas, harto bastan y
las otras, que se queden para los philósophos de Atenas, e
pues vemos quel sol se va a poner y sentimos quel deleyte refresca e
nuestra compaña ha començado la fiesta del
dançar, la qual dexamos veniendo aquí por la mucha
calor que hazía, si os plaze, a mí me paresce que
será bien que bolvamos a ella." E dichas estas palabras,
tomando con sus manos delicadas las coronas de laurel que encima de
su cabeça tenía, púsola en el lugar do
avía estado assentada diziendo:
"Yo dexo aquí la corona de
vuestra honrra y de la mía hasta tanto que tornemos otra vez a
juntarnos en este lugar a tener semejante disputa."
Y tomando por la mano a Filoculo, que
ya con los otros estava en pie, dexando aquel amoroso lugar, se
fueron juntos a la fiesta donde dançavan. Y llegados a do la
fiesta se hazía, tocaron los instrumentos y en todas las
partes del jardín el ayre estava lleno de dulces canciones que
duraron hasta que vino la noche. Ya que eran salidas las estrellas y
la fiesta acabada, la reyna con toda la otra compaña se fueron
para la ciudad, y Filoculo se despidió della para yrse a su
nao, diziéndole:
"Muy poderosa señora, si los
dioses os ovieran otorgado que yo fuera mío como soy de otra,
sin duda luego fuera vuestro, mas porque no soy mío, no me
puedo dar a otra persona, no por tanto dexaré de querer que
todo el fuego de amor que mi encendido coraçón
terná lugar de recebir, de más del que tiene, sea el
vuestro, y siempre toda ora con más efecto quedo desseando de
jamás olvidar vuestro valor."
La reyna agradeciéndoselo se
fue para Nápoles, y Filoculo se quedó en la ribera con
sus compañeros con determinación de embarcar y partirse
luego a buscar a su muy amada y querida amiga Blancaflor.
/[exijr.]/