Pedro Barea: Teatro de los sonidos, sonidos del teatro: teatro-radio-teatro, ida y vuelta, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2000.

Francisca Ferrer Gimeno
Universitat de València

Pedro Barea es profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad del País Vasco, donde imparte asignaturas relacionadas con los géneros dramáticos en la radio y la televisión como medio de expresión y también sobre la narrativa radiofónica. Crítico e informador teatral en la prensa, radio televisión y revistas especializadas ha publicado, entre otros trabajos, los siguientes libros: Radio, redacción y guiones, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1992; La estirpe de Sautier: la época dorada de la radionovela en España (1924-1964), Madrid, El País-Aguilar, 1994.

Con su libro, Teatro de los sonidos, sonidos del teatro: teatro-radio-teatro, ida y vuelta, Pedro Barea, nos introduce en el apasionante mundo de la radio estableciendo el enlace entre el teatro y el relato radiofónico. Este libro se divide en tres partes muy diferenciadas, la primera y tercera descriptivas de la historia del teatro radiofónico y una central de observación teórica y conceptual sobre la expresividad del sonido en la radio aplicado a los programas dramáticos.

Describe cómo el teatro fue integrándose en los programas radiofónicos a lo largo de nuestra historia más reciente, pasando a formar parte de momentos concretos de la vida habitual. En las ondas se van a entremezclar los relatos radiofónicos de la fantasía de los guionistas con otros espacios tan variopintos como son las conexiones con el Congreso de los Diputados o la descripción de la fiesta taurina. Todo tiene su espacio, incluso, la sorprendente práctica de retransmitir los estrenos teatrales, práctica corriente en los años treinta llevada a cabo para promocionar los escenarios con autores de renombrada popularidad como el caso que describe Barea de las obras estrenadas por Pedro Muñoz Seca.

Siguiendo la estructura del libro, la primera parte del libro la dedica a la incursión que Brecht realizó en el teatro radiofónico; con una breve introducción sobre la obra radiofónica de este gran autor teatral, explica la influencia que este medio tuvo en su obra. Describe aunque sin profundizar, la estancia del Brecht en Estados Unidos y su expulsión en 1947, debida a las persecuciones moralistas llevadas por el macarthysmo.

Comenta la teoría sobre la radio que Brecht esboza en sus escritos, si bien, según relata Barea, el gran dramaturgo sólo expone una teoría crítica de la comunicación de masas donde la cuestión central es exigir que la radio se "transforme de un aparato de distribución en un aparato de comunicación" (p.37); por otra parte, Brecht, concluye que no puede producirse tal transformación puesto que el marco social, una sociedad burguesa y capitalista, no lo puede permitir. Barea determina, que el término teoría se ha acuñado más tarde, y no por Brecht, sino por los estudiosos de su obra, con un intento de descubrir nuevos caminos para el arte a través de la tecnología de la radio. El autor de este libro, utiliza la obra brechtiana para efectuar un análisis completo de la radio como medio de comunicación, la función del director, la creación y la adaptación. Por último y casi como una anécdota, Barea menciona que se realizaron adaptaciones de las obras brechtianas en la radio española en RNE (Radio Nacional de España), Cadena SER y Radio Cadena Española; en total nueve, en concreto, durante el período de 1965 al 75.

En el segundo apartado del libro y central del mismo, diserta sobre el concepto brechtiano de construir un personaje a partir de la voz. Pedro Barea analiza los medios técnicos para la representación sonora del espacio, los espacios naturales y toda clase de medios para retransmitirlos a través de la radio, por lo que para ello se utilizan los relatos dramáticos radiofónicos.

Barea afirma que la voz es singular e irrepetible y ésta evoca al sujeto de la enunciación, el cual será el que construya el personaje. La técnica para realizar dramáticos radiofónicos era, básicamente, identificar al personaje con la voz, los modismos, tres o cuatro voces como máximo, y el uso frecuente del monólogo, afirma.

Entre los efectos denotativos del teatro radiofónico está la risa que materializa, exteriormente, la reacción individual ante lo cómico, concepto de la comunicación teatral producida entre las dos disciplinas que Barea une. Su disertación llega hasta la revisión histórica del uso de la radio y las técnicas dramáticas en ella, por ello, afirma que en la radio se personaliza, no es posible la neutralidad. Pone un ejemplo claro, Pedro Barea con la utilización entre 1936 al 39, por parte de Queipo de Llano, del medio como arma de desprestigio del enemigo, en este caso al gobierno legítimo de la nación. Transmitir unos valores y contra-valores para conseguir la estrategia de persuasión y propaganda de la campaña bélica que llevaban a cabo. Los dramáticos, a lo largo de la Guerra Civil Española, forman parte de las emisiones y sufren la censura con el fin de ayudar a los sublevados. Mas tarde, cuando ya es un hecho su control, se usa la radio como medio de difusión del Nacional-Catolicismo con programas protagonizados por sacerdotes que predicaban costumbres morales y religiosas, o bien, locutores acordes con las disposiciones oficiales. Barea señala el caso del consultorio de doña Elena Francis (Radio Intercontinental, RNE, COPE) espacio radiofónico con este tipo de discurso que, quizás, más duración tuvo, puesto que su emisión fue hasta la transición democrática llevada a cabo tras la muerte de Franco.

En los años de la política franquista, la programación radiofónica se caracteriza por la emisión de dramáticos de marcado carácter lacrimógeno y con profundas raíces en doctrina cristiana. que se mantiene exitosamente en las emisoras. Autores como Guillermo Sautier Casaseca o Luisa Alberca triunfan con este tipo de teatro. El éxito de dichos seriales se cifra por la gran cantidad de oyentes y no por la calidad que puedan tener. Su principal receptor es la mujer, con una imagen que se estereotipará en ellos, pasando a ser un género cultivado casi en exclusiva para la mujer. Todo está en torno a ella, incluso, la publicidad que se inserta en dichos espacios. El programa la convierte en su objetivo.

Por último, en la tercera parte, Pedro Barea, pasa a casos particulares de la teatralidad sonora; para ello ha escogido dos emblemáticos elementos de la cultura vasca: el personaje de Lope de Aguirre visto desde distintos textos, en concreto en las obras de Ignacio Amestoy: Doña Elvira, imagínate Euskadi y la de José Acosta Montoro: Peregrino de la ira, hasta llegar a una última visión del personaje hecha por José Sanchis Sinisterra en su obra Lope de Aguirre, traidor, personaje, que según explica Barea, utiliza Sanchis Sinisterra como hilo conductor hacia el Guernica, símbolo de la Guerra Civil Española.

Barea concluye su ensayo sobre la sonoridad radiofónica con unas reflexiones sobre el sonido como memoria y su repercusión directa sobre los textos teatrales que se emiten a través del medio.