FICHA DE LA OBRA

REZAGADOS

Dirección: Ernesto Caballero

Intérpretes: Luis Blázquez, Juan Luis Escudero y Alfonso Torregrosa.

Producción: Teatro Geroa de Durango.

Escenografía: Ernesto Caballero y A. Lima.

Estreno: Durango, 11 de marzo de 1993.

Teatro Alfil (Madrid) Festival de Otoño, 1993.

Se presentó en numerosos festivales nacionales y también internacionales: Festival Don Quijote (París) o gira por Latinoamérica.

 

TEXTO DEL PROGRAMA DE MANO

(1) LA PÁJARA

En el argot ciclista, la pájara es un estado de desfallecimiento durante la carrera, producido por el cansancio, el hambre o el calor, que puede conducir a una pérdida momentánea del sentido de la realidad.

No sólo en el ciclismo: Muchas veces, a lo largo de la carrera sin meta que es nuestra vida, nos vemos, sin saberlo, poseídos por la pájara. Y entonces, nos encontramos avanzando sin más razón que la inercia, sin saber muy bien cuáles son nuestros objetivos, pero decididos a no abandonar. Para algunos, este rodar porque sí, más allá del planteamiento racional, sería espíritu de superación; para otros, en cambio, lisa y llanamente, alienación. El abandono sería, pues, derrotismo para aquéllos; para éstos, lucidez.

Los personajes de Rezagados ruedan a lo largo de la estrecha línea que separa estos dos enfoques. Por eso, su esfuerzo nos parecerá a veces digno de admiración; otras, de lástima, patético y ridículo, heroico y mezquino al mismo tiempo. Finalmente, será nuestra mirada de espectadores no implicados en la prueba la que decida. ¿Y qué estarán decidiendo sobre nuestro comportamiento los espectadores de la carrera en la que cada uno de nosotros participa?

(2) REZAGADOS

Nos explicó Lacán que el realismo, en sentido estricto, es imposible, porque el objeto, alcanzado por el deseo, es siempre metonímico. En las obras de Ernesto Caballero esto se comprueba perfectamente.

El permanente deslizamiento de sentido en el que se mantienen sus textos es el procedimiento a través del que trata de restituir la realidad, esa realidad infinitamente evocada por los poetas, pero también por los científicos y, por supuesto, los políticos a todas horas, pero que resulta ser materia evanescente en cuanto se la pretende palpar, aunque sea con la mejor voluntad. Pero el privilegio de la poesía es ese: poder hablar de lo inefable (ahí es nada) nombrando otra cosa, y Ernesto Caballero, que es un gran poeta (pero de los de verdad, no de esos de mucha subvención y mucha bobada para muy pocos parroquianos, con los que el Ministerio de Incultura trata de esterilizar el teatro español), lo posee en grado sumo y por ello su Musa, que es de una sobriedad exquisita porque es sabia, se apaña con muy poca cosa para hacernos sentir (si queremos escuchar, claro) el pulso de nuestro tiempo.

No habrá aquí, gracias a Dios, sermones, apologías, arengas ni grandes discursos, porque el poeta hoy bastante tiene con comunicar una experiencia que muchas veces no llega a ser más que un atisbo, un indicio, una intuición del estado de gozo perfecto al que todos aspiramos: el conocimiento. Las mentes que todavía no han sucumbido a la estética del socialchoricismo, la telebasura y la idolatría del vil mental, que viene a ser todo lo mismo, agradecerán este nuevo regalo que nos ofrece Caballero, hombre prolífico donde los haya, y que a este paso corre el riesgo de que los críticos se enteren de lo que ya es un secreto a voces: que se trata de uno de los grandes artistas españoles de nuestros días.

(3) REZAGADOS (dossier de la compañía Geroa)

Cuando propusimos escribir un texto a Ernesto Caballero, que utilizara como soporte dramático algo tan insólito como el ciclismo, de inmediato aceptó el reto, pues junto a su vieja afición por el deporte de la bicicleta, siempre ha concebido la posibilidad no sólo como precisa metáfora de los comportamientos sociales, sino también como generador en sí de un mundo poética y plástica cargado de sugerentes posibilidades.

De este modo, surgió en seguida una primera propuesta escénica basada en la presencia permanente sobre el escenario de tres hombres acoplados a sus máquinas como si de una derivación de su propia identidad se tratara, en lucha contra el adversario contra el tiempo, contra su.propia limitación.

Tras hombres: tres realidades que configuran una alegoría de las esperanzas y frustraciones del hombre de hoy, donde entran en conflicto el sentido del deber con el impulso individual, la necesidad de progreso personal con el sentir solidario, la rebeldía interna con la sumisión a la circunstancia... Tres hombres cuyas dispares trayectorias van a confluir en una carrera en la que la victoria no consiste necesariamente en ser el primero en cruzar la línea de llegada.

Ernesto siempre ha defendido el humor como un instrumento certero, no sólo de comunicación directa e inmediata, sino como forma de distanciamiento irónico que propicia la reflexión crítica y reconocimiento por parte del espectador de personajes, conductas y mentalidades más cercanas a su mundo de lo que la anécdota argumental podría hacer crear.

Tal como nos apuntaba Ernesto, la estructura textual de "REZAGADOS" está concebida para permitir unas amplias márgenes de recreación escénica, que den lugar a un espectáculo, rico, sugerente y que constituya otra brillante etapa en la no menos brillante carrera del "Equipo GEROA"

  

 

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