EDIPO ATRACADOR

Javier Villán. El Mundo (sin referencia)
 

Thebas Motel ***

YOCASTA es aquí una especie de Bonnie y Edipo una especie de Clyde, un asesino a sueldo cuya fortaleza se va derrumbando conforme se le cierran los caminos de escape. De lo expuesto, cualquiera puede deducir que Thebas Motel es una reinterpretación del mito de Edipo. Y, por si hubiera alguna duda, ahí está el nombre del motel, Thebas, aunque americanizado por el grupo fonético th. Se trata, pues, de un thriller edípico en el que los dioses son sustituidos por narcotraficantes.

La relación entre los protagonistas es de una carnalidad incandescente; el elemento escenográfico principal es una cama, que simboliza no sólo un cuarto de hotel, sino muchas más cosas: la cama como elemento de referencia esencial, campo de amor y de batalla. El paralelismo entre el Edipo clásico y la Yocasta clásica con los que aquí fornican cercados por sus cómplices y por la policía, está resuelto con cierta fidelidad caracterológica al original.

El clima de cerco en una sórdida habitación de hotel, está bien conseguido por una escenografía totalizadora. La dirección de Heras conduce sabiamente una acción de progresivo acercamiento a la tragedia. La disposición del público, congregado en tomo al espacio escénico, da idea de esa situación de cerco, de esa circunstancia límite que ha atrapado a la pareja. El público es parte de la tragedia como un coro mudo. Marina Andina tiene una hermosa voz grave, mas la proyecta mal. A veces es inaudible. Y algo parecido le ocurre, con menos frecuencia, a Alberto Roca. Este es problema que debiera solucionar, pronto y bien, la dirección.


anterior