El Quijote desde el siglo XXI, editado por Nicasio Salvador Miguel y Santiago López-Ríos, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2005, 250 pp.

 

Cristina Martínez

Instituto de la Lengua del CSIC

(Becaria de Investigación)

 

El paso del tiempo, los cambios de gustos literarios y la misma variación de las expectativas de recepción son los causantes de que, de forma inevitable, las obras artísticas no siempre se acojan en los mismos círculos y sectores sociales y, además, puedan constituir el punto de partida de interpretaciones que nada tengan que ver entre sí. Sin embargo, es precisamente esta pervivencia a través de los siglos la que otorga a un libro cualquiera el calificativo de “clásico”, haciendo referencia con este término a aquella obra que puede renovarse a sí misma una y otra vez, amoldándose a cada época y ofreciendo a la sociedad del momento una faceta o aspecto susceptible de coincidir con la ideología contemporánea.

Éste es, según la opinión de la crítica, el caso del Quijote. No cabe duda, partiendo de esta consideración, de que un ejemplo de dicha índole (que puede presumir de 400 años de vigencia literaria a sus espaldas) sea objeto de numerosos estudios, análisis y celebraciones que, en sus efemérides, se traduzcan en congresos y jornadas monográficas.

Fruto de uno de estos simposios es la miscelánea de artículos publicada a raíz de un ciclo de conferencias que tuvo lugar en la Biblioteca Manuel Alvar, durante los meses de octubre y noviembre de 2005, bajo la dirección de Nicasio Salvador Miguel (editor, junto a Santiago López-Ríos, de los artículos derivados de ellas), y en el que participaron numerosos expertos convocados alrededor de un mismo tema: el Quijote y su percepción desde el siglo XXI.

A lo largo de los distintos artículos, divididos en apartados temáticos que los agrupan según su contenido, se pretende ofrecer al lector una visión múltiple que permita ampliar su conocimiento en torno a las distintas perspectivas que se pueden aplicar al estudio de la obra de Cervantes, extendiendo un abanico que parte, se ensancha y diversifica desde lo estrictamente literario (el Quijote como novela, teatro o historia), desembocando finalmente en otras disciplinas que pueden relacionarse con el texto (la representación de esta literatura en las artes plásticas, el grabado y el dibujo o el cine).

Los editores establecen seis secciones, dentro de las cuales se incluyen siempre los textos correspondientes a dos ponencias relacionadas con cada tema: 1. Lo que se sabe del “Quijote” incluye Carlos Alvar, “Gran Enciclopedia Cervantina. Al final del camino” y Florencio Sevilla, “La edición y las ediciones del “Quijote”. 2. “Don Quijote”, la historia de un caballero incluye Alfredo Alvar, “De hidalgos verdaderos e hidalgos fingidos” y José Manuel Lucía, “Don Quijote, caballero andante”. 3. “Don Quijote” en la novela incluye Lola Beccaria, “Cuantos hoy viven en el mundo al revés” y Juan Manuel de Prada, “Don Quijote como personaje novelesco: el síndrome de Pierre Menard. 4. “Don Quijote” en el teatro incluye Javier Huerta, “Don Quijote en la escena contemporánea (variaciones sobre el retablo de Maese Pedro)” y José María Rodríguez Méndez, “Don Quijote y Cervantes, unidos”. 5. “Don Quijote”, héroe político incluye Antonio Rey, “Don Quijote considerado como poeta” y Juan Van-Halen, “Reflejos del Quijote”. Finalmente, 6. “Don Quijote” en la literatura extranjera incluye Miguel Ángel Pérez Priego, “El Quijote en Europa: traducciones e imitaciones literarias” y Gonzalo Santonja, “El Quijote en América”.

Como epílogo de este abanico abierto desde la perspectiva estrictamente literaria, el volumen desemboca en los análisis derivados de otras disciplinas que pueden relacionarse con el texto mismo, pero que pertenecen al campo de las otras artes expresivas. Así, 1. “Don Quijote” en las artes plásticas incluye María de los Santos García Felguera, “Quijotes pintados en los siglos XVII y XVIII” y Carlos Reyero, “Visiones de lo paradójico. Quijotes pintados de Delacroix a Dalí”. 2. “Don Quijote” en el grabado y el dibujo incluye Ángel Gómez Moreno, “Don Quijote vence a las vanguardias en singular batalla” y Fernando Gómez Redondo, “La palabra y la risa en las ilustraciones del Quijote”. 3. “Don Quijote” en el cine incluye sólo un artículo de Eduardo Rodríguez Merchán, "La quijotesca historia de un hidalgo en el cine". Finalmente, 4. "Don Quijote" y la comunicación incluye Carlos Aganzo, "Cervantes, cronista del siglo XVII y Fernando R. Lafuente, "El Quijote como estereotipo de las Españas".

La dilatación de los puntos de vista desde los que un estudioso puede abordar el Quijote supone una muestra evidente de las potencialidades inherentes a la obra clásica, susceptible de acomodarse e incitar a las adaptaciones más diversas y fuente de inagotables recursos, los cuales se pueden plasmar en soportes tan variados como los mencionados anteriormente.  

Como el propio título indica y Nicasio Salvador señala en su introducción, todos estos artículos, aun estando dedicados a muy distintos tratamientos que la obra admite, confluyen, sin embargo, en un mismo objetivo: analizar y presentar un estado de la cuestión acerca de las manifestaciones vivas en el siglo XXI de una obra nacida en pleno Siglo de Oro, y tratar de dilucidar qué intereses y expectativas puede albergar un espectador que pretenda hoy en día acercarse (de alguna de las maneras recogidas en esta miscelánea) al Quijote. Se pretende, de este modo, revitalizar un texto insertándolo en una sociedad concreta, y mostrar al mismo tiempo cómo dicha sociedad es capaz de percibirlo en virtud de los aspectos que considera más atractivos, sin dejar por ello de considerar la recepción básica objetiva y las impresiones que la obra puede provocar en un público de nuestro siglo y milenio.