Palmerín de Olivia, ed. Giuseppe di Stefano, intr. M.ª Carmen Marín Pina, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2004
Laura Garrigós Lloréns
La presente obra, titulada El libro del famoso e muy esforçado caballero Palmerín de Olivia, conocida como Palmerín de Olivia, compareció en el panorama caballeresco en 1511 y circuló aparentemente como una obra anónima dedicada a un joven descendiente de la familia de los Córdoba, Luís de Córdoba.
Como indica Mª Carmen Marín Pina, autora de la introducción de esta edición llevada a cabo por Giuseppe di Stefano, el famoso Don Quijote tenía en su biblioteca un ejemplar del Palmerín de Olivia que, como otros de sus libros, fue condenado al fuego.
En el contexto caballeresco de la etapa de iniciación (dos primeras décadas del siglo), esta obra representa una gran originalidad porque se trata de un texto totalmente inédito, fruto de una invención libre en la que el autor crea un nuevo héroe que no guarda relación con los héroes amadisianos. Como señala Marín Pina, el anónimo autor concibe un proyecto narrativo ambicioso que se materializa en dos libros que inician el ciclo de los Palmerines. Ya desde el prólogo-dedicatoria la obra se presenta con visos historiográficos proponiendo una lectura en clave histórica. Se trata de una historia fingida que se organiza estructuralmente en dos grandes bloques o secuencias narrativas: la primera sobre la ascendencia familiar del héroe y la segunda sobre el amor.
El escenario de la acción, la corte de Constantinopla y alrededores, no es, sin embargo, original puesto que ya aparece en los viejos romans artúricos, en los cantares de gesta, en relatos caballerescos breves y en los tempranos libros de caballerías. La obra se cierra con unos versos latinos de carácter propagandístico firmados por el bachiller Juan Augur de Trasmiera, en los que alaba el libro, anima a su lectura y a su compra y afirma estar escrito por una docta mujer.
El Palmerín de Olivia se convierte, como menciona Marín Pina, en uno de los libros de caballerías más reeditados. Atrajo la atención de bibliófilos, autores y lectores nobles, pero también de humildes ciudadanos. Muchos ejemplares llegaron a Hispanoamérica, todavía incluso a comienzos del siglo XVII. Después de este siglo posiblemente pocos leyeran el libro ni tal vez conocieran su existencia, pero sí conocían, como afirma Marín Pina, a su héroe y parte de sus aventuras. Mientras tuvo acogida, caló entre un público muy diverso, logró perdurar en el tiempo y no caer en el olvido. Hoy lo recupera esta magnífica edición, que recupera la conocida de Giuseppe di Stefano, uno de los filólogos y críticos pioneros más prestigiosos en la labor de editar libros de caballerías.