Capí[tulo] XXXIV: de la homildad
1. Humildad, según Orígenes, es refrenar la alteza del coraçón e de la voluntad vana. Empero, no se deve hombre tanto abaxar ni aviltar, que caya en vicio de delectación, porque Sant Andrónico dize que abaxarse más que no conviene, no es bien, ca es vicio.
2. E nota que esta virtud de humildad es en muchas maneras: la primera es en mostrarse de continuo menor que los otros; la segunda es jusmeterse con benignidad a qualquier que lo merece; la tercera es creer siempre fazer menos de / lo que puede; la quarta es creer no ser sufficiente en todas las cosas; la quinta es temer todas las cosas que son de temer.
3. E de la humildad descienden e proceden estas virtudes: la primera es fazer honra a todo hombre; la segunda es reverencia, conviene saber, catar honra al mayor de sí; la tercera es obediencia, conviene saber, obedecer a quien tiene poder de mandar; la quarta es agradecimiento, conviene saber, reconoscer e agradecer el servicio o plazer que se recibe e fazerles d'ello agradecimiento.
4. Puédese comparar la virtud de la humildad al cordero, que es el más humilde animal que sea en el mundo e suffre qualquiere cosa que le acahece sometiéndose a cada uno. E por esso es comparado en la Sagrada Scriptura al fijo de Dios, diziendo: “Agnus dei qui tollis”, etcétera.
5. Salomón dize de esta virtud, que si alguno te faze regidor de sus cosas, no te enxalces mucho, mas muéstrate tal hazia él que parezca señor de tus cosas.
6. Jesús, fijo de Sidrach, dize: “No pidas las cosas más altas de ti ni busques las cosas más baxas de ti”. Otrosí dize: “Quanto serás mayor, tanto más te homilla a qualquiere cosa, e assí, en esta vida e en la otra delante de Dios, te fallarás más gracioso”.
7. Jesuchristo dize: “El que se homilla será enxalçado e el que se enxalça será homillado”.
8. Sant Pedro dize: / “Dios contrasta a los soberviosos e a los humildes da su gracia”.
9. Sant Jherónimo dize: “A la cumbre de la virtud llega hombre con la homildad”.
10. Aristótiles dize: “¿Quieres conoscer la gente? Dales señoría, ca el ruhin tornará sobervioso e el bueno se tornará más humilde que no era”.
11. Longino dize: “Assí como las aves angostan las alas quando quieren volar, assí conviene que se homille el que quiere venir a grande estado”.
12. Aristó[te]les dize: “Faz honra a qualquier, ca la honra es de quien la faze e no del que la recibe”.
13. Séneca dize: “No alabes a ninguno en su presencia”.
14. Sócrates dize: “Ninguna honra se pierde jamás, ca si aquél a quien la fazes, no te la faze, otro la fará a ti por él”.
15. Salomón dize fablando de la virtud de reverencia: “Homilla tu alma a Dios e la cabeça a grandes señores, e quando el pobre diere vozes, abaxa tu oído”.
16. Catón dize: “Da lugar al mayor de ti”.
17. Jesús, fijo de Sidrac[h], dize: “Fijo, con la homildad ganarás a Dios e buena gracia del mundo”.
18. Sant Isidoro dize: “No te eguales con tus mayores, ni desdenyes al pequenyo ni al grande”.
19. Salomón dize de la virtud de la obediencia: “La muger obediente señorea a su marido”.
20. Sant Isidoro dize que la virtud de la obediencia es escalera a toda virtud.
21. Sócrates dize: “El que quiere complazer a todo hombre, to / me el manto de la obediencia”.
22. Catón dize de la virtud del agradecimiento: “Quando un amigo pobre te da una pequeña dádiva, tómalo e recíbelo con plazer, e con ledo rostro, e alábalo mucho”. Otrosí dize que te deves recordar de loar en público el beneficio recebido.
23. Galieno dize: “El que fielmente sierve, es digno de grande galardón”.
24. Alexandre dize: “De noble coraçón procede el recordarse de los beneficios e servicios, e de olvidar las injurias”.
25. Enxemplo. Léese de la virtud de homildad en las Historias romanas, que quando los romanos enviavan algún caudillo a conquistar algún reino, e bolvía con victoria, los romanos le fazían tres honras e tres deshonras: el primero, que todo el pueblo romano lo salía a recebir con grande alegría quando tornava; lo segundo, que lo ponían sobre un carro triumphante, el qual levavan quatro cavallos blancos, e todo el pueblo le iva delante, e detrás, e enderredor, e levávanlo assí fasta la plaça de Campidolio; lo tercero era que a todos los presoneros levava atados detrás del carro. La primera deshonra que le fazían era que ponían sobre el carro un hombre de la más vil condición e más baxa que se podía fallar, e esto era por dar enxemplo e por dar a entender a todo hombre que / podía venir a aquella honra faziendo bien; la segunda deshonra que le fazían los romanos, era que aquel vil hombre le dava de bofetadas, diziéndole: “No te ensobervezcas, ca esta honra tan grande que te fazen, es porque tú eres assí hombre como yo, e yo como tú, e quiçá verné en semejante grado”; la postrera deshonra que le fazían, era que cada uno le podía dezir aquel día qualquiere deshonra, sin temor de alguna pena.