Notas

Capí[tulo] XXXIII: de la intemperança

1. [I]ntemperança, según dize Damasceno, es seguir todos sus appetitos según le proceden del pensamiento.

2. Enxemplo. Este vicio se puede comparar al olicornio, que es un animal que toma tanto plazer de estar con las donzellas virgines, que quando él vee alguna, luego se va a ella e se le duerme en los braços; e assí, vienen los monteros e tómanlo. E de otra manera no lo podrían tomar.

3. Platón dize: “No hay en el mundo peor vicio que la intemperancia, porque d'ella proceden todos los males”.

4. Varrón dize: “El que es voluntario e dado a los appetitos, no puede estar sin muchos vicios”.

5. Séneca dize: “A los que siguen los deleites e sus appetitos, ninguna riqueza les puede durar”.

6. Sócrates dize: “El / que sigue todos sus appetitos, conviene a la postre que sea pobre e luego vituperado”.

7. De aqueste vicio se reza en la Vida de los sanctos padres, que fue una mujer llamada Lacemina, la qual havía estado siempre la más honesta de aquella tierra. E haviendo oído muchas vezes entre las otras mugeres contar e razonar del deleite e plazer de la luxuria, pensó de provarlo, por ver si era tan grande deleite como ella hoía dezir. E envió por uno que la amava e durmió con ella muchas vezes. E fecha esta experiencia, ella començó a pensar la abominación e fedor de la luxuria, e su grande vergüença; e pensando que havía perdido su virginidad e que no podía en manera del mundo cobrarla, ella se entristeció tanto, que se ahorcó.