Notas

Capí[tulo] XVI: de la correctión

1. Correctión, según Priciano, es un effecto de amor en castigar e corregir a otro temperadamente de fechos e de palabras, según conviene, porque el que no tiene temperança ni discreción en castigar, ligeramente se aparta de la virtud de correctión e cahe en vicio de crueza.

2. Salomón dize que la materia e la locura está atada en el coraçón de los mancebos; empero, la verga e disciplina desecha la locura del coraçón de los mancebos, ca si los fieres, ellos no mueren, mas castíganse.

3. Enxemplo. Esta virtud se puede comparar al lobo, que quando passa cerca de alguna habitación, si por caso pone el pie en algún lugar que faga ruhido, él se toma el pie con los dientes e lo muerde, por castigarlo e porque otra vez se guarde.

4. Salomón dize: “El que corregirá a otro, después fallará en él mayor gracia”.

5. Séneca dize: “El hombre savio corrige su vicio escarmentándose en cabeça ajena”.

6. Salomón dize: “Castiga tu amigo secretamente”. Otrosí dize: “No reprendas al loco, ca él después te querrá mal por ello; empero, reprehende al savio e amarte ha”.

7. Hermes dize: “La correctión pública es verdadera correctión”.

8. Diógenes dize: “El que quiere ser amado de su / amigo, castíguele secretamente, porque la dulce correctión en escondido, procura amor, e la áspera, en público, procura enemiga”.

9. Cassiodoro dize: “Ahunque aquél que castigares de continuo sea vicioso e no quiera tu correctión, si te es amigo, no dexes de castigarle cada rato”.

10. Platón dize: “Guarda, no castigues tu amigo en presencia de otro, ni quando está sañoso”.

11. De esta virtud de correctión se lee en la Biblia que, siendo el rey Pharaón amonestado muchas vazes por Moisés de parte de nuestro Señor, que dexasse el pueblo de Dios, el qual retenía para su servicio, e que se convirtiesse a él, endureciósele a Pharaón el coraçón tanto, que no se quiso mover por cosa del mundo a dexarlo. E queriéndolo Dios castigar por traherlo a él, Dios le envió llagas de diversas pestilencias en este mundo: la primera fue lluvia de agua que se convirtió todo en sangre; la segunda fue muchidumbre de ranas que llovió; la tercera fue mosquitos que cubrían toda la tierra; la quarta fue tempesta, que consumió todos los árboles e todas las yerbas; la quinta fue dolencia sobre todos los animales; la sexta fueron langostas; la setena fue mortaldad de todos los primogénitos de Egipto; la ochena fue tal escuridad, que el día se convirtió en noche. Después de esto, Pharaón se sumió e ahogó en la mar Roya con todo su hueste. /