Capí[tulo] XI: de la ira
1. La ira, según dize Aristóteles, es un turbamiento del spíritu por discorrimiento de sangre, que va al coraçón por voluntad e gana de vengarse. / E nota que de la ira nasce la indignación, porque quando la sangre se ha turbado, el coraçón queda sañoso, e la tal saña después se convierte en odio si tura mucho en el coraçón.
2. E de estos tres vicios, ira, indignación e odio, nascen muchos males, porque de la ira envejecida nasce discordia, guerra e baraja, que son vicios contrarios a la virtud de la paz. E hay differencia entre discordia, guerra e baraja, según prueva Sancto Thomás diziendo que discordia es entre aquéllos que el uno no quiere lo que el otro, como fazen muchas vezes los parientes, amigos e compañeros; guerra es quando se conbaten el uno con el otro; baraja es quando alguno ha malas palabras e injuriosas con otro.
3. Enxemplo. El vicio de la ira se puede comparar al osso, que come de buena gana la miel, e queriéndola sacar del vaso, las abejas le fiçan en los ojos, e entonce él dexa la miel e va en pos de las abejas por matarlas; después viene una e pícale en la nariz, e él dexa estar la primera e corre tras la otra. E es tanta su ira, que si ellas fuessen mil, de todas se querría vengar, ahunque de ninguna pueda tomar vengança, dexando la una por la otra.
4. Por ende, de la ira, e de la saña, e del odio, dize el savio: “El que es liviano a desdeñarse, luego mostrará su ira, e el que la cobra e recibe en sí, es savio”. Por esso dize: “Ligera cosa es la sal en respecto de / la arena, mas sobre todas las cosas es grande e inconportable la saña del loco”.
5. Jesús, fijo de Sidrach, dize que el ser celoso e tomar saña, acortan los días de la vida e los pensamientos envejecen ante de tiempo, porque el hombre irado es como fuego.
6. Cassiodoro dize: “La ira es mal de todos los males, e lo que se faze e dize con el ánimo sañoso, no podría ser justo ni honesto”.
7. Séneca dize: “La ira no tiene ojos e el irado no puede fablar sino mal, e cree siempre fazer más que no puede”.
8. Sócrates dize: “La razón vee al irado, mas el irado no puede ver la razón”.
9. Catón dize: “La ira empeece el entendimiento para que no pueda ver e discernir la verdad, por ende, no te ensañes desordenadamente”.
10. Sant Isidoro dize: “Humana cosa es pecar, e angélica emendarse, e cosa diabólica es ser obstinado e pertinaz”.
11. En la Vida de los sanctos padres del desierto se lee que el que es vencido de la ira, es vencido de todos los otros pecados.
12. Ovidio dize: “La ira es corrupción de todas las virtudes”.
13. Séneca dize: “La ira de los locos siempre está en palabras, mas la de los savios, en fechos”. Otrosí dize: “El que aprieta la saña e refrena la lengua, en este mundo tiene ya la alma perfecta”. Por semblante dize: “La ira muere, presente el hombre savio”.
14. Santiago dize: “Sea todo hombre presto a oír, e tardío e perezoso a fablar, e muy más perezoso a / la saña, ca la ira del hombre es contra la justicia de Dios”.
15. Sant Agustín dize: “¿Quieres tú fazer bien tu vengança? Déxala a Dios”.
16. Sócrates dize: “No te dexes vencer a la saña, mas faz que vença la mansidumbre”.
17. Sant Gregorio dize: “Tres remedios hay contra el irado, conviene saber, dulces respuestas, callar e apartarse d'él”.
18. E de la discordia, baraja e guerra, dize Salomón: “De dos cosas se entristece mi coraçón, e la tercera me ha procurado saña e guerra: del hombre furioso que no se está de fazer guerra sino por pobreza, e el savio desechado, e el que se aparta de fazer bien por fazer mal”. Otrosí dize: “No creas jamás a tu enemigo viejo, e ahunque se homille, no fíes en él, porque él te quiere fazer, afalagando, lo que no te puede fazer persiguiendo. E en tus tribulaciones él llorará, mas quando verá el tiempo e la sazón, no se podrá fartar de tu sangre”.
19. Var[r]ón dize: “No hay riqueza que pueda abastar a la guerra”.
20. Sant Agustín dize: “Por cinco razones suele ser la guerra permesa e lícita: por la fe, por la justicia, por haver paz, por estar en libertad e por fuir a la fuerça”.
21. Tulio dize: “El mal se quita con el mal, assí como el fierro con el fierro”.
22. Enxemplo. Del vicio de la ira se lee en el Viejo Testamento que el rey David, siendo enamorado de Bersabé, mujer de Urías, él durmió con ella e la empreñó. E luego, después, / embió por el marido, que stava en el cerco de una ciudad, para que viniesse a dormir con la mujer, porque él quería que pensassen que lo que nasciesse fuesse del marido. E como fue venido Urías a la ciudad, oyendo lo que havía fecho su mujer, no se le quiso allegar. E viendo esto el rey David, tomó saña contra Urías e scrivió una carta a su caudillo del campo, con el qual havía estado Urías, la qual carta levó el mismo Urías; e en aquélla envió a dezir el rey David a su caudillo que ordenasse una cruda batalla contra la ciudad, e que pusiesse a Urías en el lugar más peligroso, e quando Urías con su companya fuessen estrechamente a las manos con los enemigos, que lo dexassen todos, por forma que él, quedando a solas, muriesse. E assí lo mataron.