Notas

[Capítulo IX:] de tristeza

1. La tristeza es vicio contrario a la alegría, e según dize Macrobio, es en tres maneras: la primera es quando el hombre se entristece e se duele de una cosa más que no[s] conviene, e ésta se llama propiamente tristeza; la segunda es quando el hombre no faze, ni dize, ni piensa firmemente cosa alguna provechosa, sino que está como un cuerpo muerto, e ésta se llama ociosidad, la qual es grandíssimo vicio; la tercera es quando, por alguna imaginación, el hombre faze grandes pensamientos, e ésta se llama malenconía, e es de mil maneras según dize Hipocras, e es ramo de locura. E de aqueste vicio desciende e procede el ramo de la desesperación, el qual es el mayor pecado del mundo, según Aristóteles.

2. E puédese comparar este vicio de tristeza al cuervo, el qual, viendo nascer a sus fijos blancos, luego que salen de la cáxcara del huevo, él se entristece tanto, que se va e déxalos estar, no creyendo que sean sus fijos, porque no son negros como él. E fasta que ponen las plumas negras, no les lieva a comer, e viven, entre tanto, del aire e del roscío que cahe del cielo. E / si por caso le quita alguno sus fijos, más se entristece que otra ave alguna.

3. E a este propósito dixo Jesús, fijo de Sidrach: “Mejor es la muerte que la triste e amarga vida”. Por ende, no des tristeza a tu alma, mas échala de ti luego, ca muchos han muerto por tristeza, mayormente que no trahe provecho, e por ella se ganan e conquistan muchos daños, malicias e muertes.

4. Dize Boecio: “Ninguna tristeza puede ser mayor en el mundo que haver sido próspero e rico”.

5. Platón dize: “No conviene al hombre savio entristecerse jamás”.

6. Sócrates dize: “El que no se entristece de lo que ha perdido, assosiega su coraçón e alumbra su entendimiento”.

7. Pitágoras dize: “Desventurado es el que no tiene e más [el que] solía tener e agora no tiene”. E nota que, de la malenconía e de la tristeza viene pobreza, afflictión e desesperación.

8. Sant Bernardo dixo: “Antes me privaría de la vida, que me dexasse vencer a la malenconía. ¡O, tú, que yazes en la sepultura de la ociosidad, dime qué faze! Ca ella faze vellaco el cuerpo, e danya el alma, e apoquece la memoria, engendra luxuria, nudre e cría la gula, e por la muchidumbre de los malos pensamientos que faze, introduze qüestiones e siembra discordias”.

9. Séneca dize: “La malenconía es muerte e sepultura del hombre”.

10. Salomón dize: “No ames el dormir, porque no te / comprehenda pobreza”.

11. La Ley dize: “Ninguna cosa hay más cierta que la muerte, ni menos cierta que la hora de aquélla”.

12. Bienaventurado es el que no es acostumbrado de haver prosperidad, ca todo el dolor viene de haver estado en prosperidad, ca toda cosa se conosce por su contrario, según dize Aristóteles. E assí, el bien faze conoscer el mal, e lo dulce faze conoscer lo amargo. Por ende, el que se entristece de su dolor, dobla su mal, mas el que tempra su enemigo con discreción e plazer, es dicho savio, porque tras la tristeza viene muchas vezes gran alegría.

13. Séneca dize: “No te dexes jamás tomar a la tristeza, e si no te puedes defender d'ella, no la muestres a ninguno, ca el hombre savio no muestra a otro su voluntad e propósito”.

14. Hugucio dize que de la ociosidad desciende e procede la confusión del entendimiento, e siempre trahe tristeza.

15. Cassiodoro dize: “Assí como la natura humana por continua fatiga se muestra por prática, assí por ociosidad viene a ser loca”.

16. San Bernardo dize que no hay hombre que conozca a Dios, que no reciba misericordia si toviere sperança en Dios.

17. Cassiodoro dize: “El que se pone a la ventura, reniega de Dios e cae en desesperación”.

18. [Enxemplo de la tristeza de quando murió Alexandre]. /

De la tristeza se lee de Alexandre que, quando murió, sus barones e cavalleros lo pusieron en una caxa de oro, e levándolo a sepultar, muchos philósophos le ivan detrás, planyendo e doliéndose. E el primero, llamado Gulicio, gran philósopho, dezía: “El que señoreava la tierra de levante a poniente, agora en dos passos de tierra está soterrado”. Bartholico dixo: “Quando Alexandre vivía, ninguno osava fablar d'él, mas agora que es muerto, todos fablan d'él como quieren, pues él no puede fablar ni oír cosa del mundo”. Delphián dixo: “Los que no vehían a Alexandre, havían miedo d'él, e agora tráctanlo como quieren”. Priciano dixo: “Ninguna cosa podía durar contra Alexandre, e él no ha podido resistir a la muerte”. Archito dixo: “¡O, potentíssimo! ¡Cómo has cahído!” Drusiano dixo: “¡O, muerte escura!, ¡o, muerte dolorida!, ¡o, muerte presumptuosa! ¿Cómo has podido haver tanto ánimo de contrastar a aquél a quien el mundo no ha podido contrastar?” Bernardo dixo: “¡O, signo escurecido!, ¡o, justicia abaxada!, ¡o, lealtad perdida!, ¡o, cortesía descasada!, ¡o, franqueza destruida!, ¡o, gentileza perdida!, ¡o, prudencia affogada!, ¿qué fará de hoy adelante la miserable provincia de Macedonia e todo el mundo, pues es muerto el rey Alexandre? Agora, el que algún tiempo lloró, llore agora con nos / otros reziamente”. E entonces fizieron tan gran llanto, como fuesse fecho jamás en el mundo.