De una tierra donde comen las sierpes.
Passada
esta isla va hombre por muchas islas hasta una isla llamada Tacorde
en la qual ay gentes vestidas como hombres razonables; y están
en unas cuevas que ellos hazen en tierra porque no tienen de
qué hazer casas, y comen carne de /fo. XXXXI v./ culebras y
sierpes, y por quanto ellos comen tales viandas no hablan nada, mas
silvan unos empós de otros como sierpes. Y no tienen cura de
ningún oro sino tan solamente de una piedra preciosa que tiene
quarenta colores que por el nombre de la isla ella tiene nombre
"tacorice"; aquesta piedra aman ellos mucho y no saben qué
virtud tiene, mas ellos la conocen por su hermosura tan
solamente.