Capítulo IIII

De la ysla a donde los peces de la mar vienen a hazer reverencia cada año una vez.

De aquesta isla va hombre a una otra isla que llaman Cavalet donde ay gran tierra y hermosa llena de todo bien.

 

Y el rey de aquella tierra quando quiere haze traer ante sí las más hermosas mugeres de la tierra y toma la una para una noche y la otra para otra, y d´esta manera él tiene más de mil mugeres y no duerme más con cada una de una noche salvo si no le agradasse más que las otras, de las quales él tiene gran número de hijos.

 

 

 

 

Y también tiene más de treze mil elephantes prestos que los haze criar por su reyno a los labradores, /fo. XXXX v./ porque quando él tiene guerra cerca de su reyno él haze subir gente de armas sobre castillos que hazen encima los elephantes para combatir a sus enemigos, y assí se usa en todos los reynos de aquella partida porque la práctica es ya aquélla. Y aún es una maravilla que no ay en su par semejante en el mundo, porque todas maneras de pescados vienen una vez en el año, y la una manera viene empós de la otra, los quales pescados vienen a la ribera de aquella isla assí que todas maneras de pescados cada uno por su tiempo están a la orilla de la mar tres días, de los quales todo hombre puede tomar tantos quantos quissiere; y como la una manera d´ellos se va a la otra, la otra se viene; assí ordenadamente hasta que todos son venidos por la forma ya dicha.

Y no sabe hombre la manera por qué ni cómo esto se pueda hazer, mas todos aquellos de la isla dizen que los dichos pescados vienen a hazer reverencia al dicho rey cada un año por le estar en su gracia, assí como al más digno rey del mundo, porque él cumple aquello que Dios mandó a Adam: "Creced y multiplicad vos, etc."; y porque él aumenta y cresce el número de sus hijos, por tanto vienen los pescados todos y le hazen reverencia y omenaje como [el] más excelente y amigo de Dios, según que ellos dizen. Yo no sé la razón por qué, mas Dios lo sabe, que es sabidor de todas las cosas. Pero todo esto que he visto yo lo he visto de mis ojos, lo qual tengo en mayor maravilla que otra cosa ninguna que aya visto yo en el mundo, porque la natura haze cosas y muy maravillosas, mas esta por cierto no es de natura mas es sobre natura que los peces, que tienen gran mar para yr por do quieren a su libertad, que ayan de venirse assí a ponerse a la muerte de su propia voluntad; y aunque no sea verdad esto que ellos dizen, más yo pienso que esto no es sin gran misterio. Y aún tienen más en esta tierra que si algún hombre muere, luego entierran a su muger con él porque dizen que es razón que su muger le haga compañía en el otro mundo assí como él le ha hecho en este mundo.

Capítulo V