Capítulo XXXXIII

Del reynado de Etiopía y diversas cosas que ende son y de los diamantes.

 

Etiopía es significada en dos partes, esto es: en la parte oriental, la qual es llamada Mórbena, donde on las gentes más negras que en otra parte; en esta tierra ay una fuente que de día está tan fría que ningún hombre no la podría bever y de noche es tan caliente que hombre no osa tener la mano en ella.

Y dende passando para acá por la parte de mediodía por el mar Océano es una gran tierra y dos passos dende por el gran calor no podría hombre morar. En Etiopía todos los ríos son turvios y las gentes de aquella tierra biven poco porque no tiene apetito de comer y tienen comúnmente fluxo de vientre, y assí son de breve vida.

En Etiopía ay muchas y diversas gentes que no tienen sino un pie assí ancho que con él se hazen sombra a todo el cuerpo quando están echados al través. En esta tierra quando los níños son pequeños tienen los cabellos canos y quando van cresciendo se les tornan negros. En Etiopía está el reyno de Saba de donde era señor uno de los Reyes que vinieron a Belem a ofrescer a Nuestro Señor Jesuchristo. Y de aquí podéys yr a las Indias por muchos y diversos lugares, y llaman a la allta India /fo. XXXIII v./ "Famach" y es partida en tres partes, es a saber: en India la alta y India la media; a tercera India la mayor es hazia la parte de la tramontana, la qual tierra es muy aborrecible y mala para bivir por la gran frío y continuos yelos que en ella ay, y el yelo se torna christal encima de la rocas y peñas; también encima de las rocas crecen los buenos diamantes que parescen de muy hermosa color assí como de azeyte y son tan duros y fuertes que no los pueden limpiar.

Item, ay otros diamantes en Arabia, pero no son por cierto tan buenos como éstos porque son más tiernos, y ay otros que halla hombre en esta tierra Macedonia, mas los mejores y más verdaderos son los de la India la mayor; también se hallan en muchos freses donde ellos afinan el oro que, como ellos quebrantan la massa en menudas partes, hallan diamantes assí gruesos como una lanteja y otros menores, y házenlos con maestría tornar duros como los otros de las Indias que pueden con ellos cortar fácilmente azero, cobre y qualquiera otra cosa semejante a éstas.

Y si hombre halla de buenos diamantes en las Indias encima de la roca de christal, mejores se hallan encima las rocas de cerca de la mar o encima las montañas donde ay mina de oro, y crecen muchos en una mina: unos grandes y otros pequeños algunos tan grandes como una hava y los más grandes que se puede hallar son tan grandes como una nuez o agalla, y todos nascen quadrados y agudos según natura, sin ser esmerados artificialmente, y ellos los llaman en las Indias "amans" y ende crecen por las montañas donde ay mina de oro y assí crecen ellos en uno, según suso es dicho, y críanse del rocío del cielo, y ellos los cavan siempre allí, y los pequeños son machos que se aumentan y crecen todos años.

Y yo he visto muchas vezes esto: que hombre los conserva en un poco de la mina de la roca donde ellos crecen, la qual mina halla hombre al cabo más alto, y mójanlos muy a menudo con el rocío de mayo y crecen todavía y assí los pequeños se hazen grandes y bien gruesos según su natura, porque assí como la perla se engruessa con el rocío del cielo, assí mismo el diamante cresce: y como la perla según su natura toma redondez, assí mismo el diamante por su virtud toma el ayre; y todo diamante se debe llevar en la parte siniestra y entonces es de mayor virtud que no en la diestra porque la fuerça de su nacencia está hazia la parte de tramontana y aquesta es la parte siniestra del mundo y es a la siniestra del hombre quando está a la parte de Oriente.

Y si querréys saber bien la virtud que tiene el diamante, aunque algunos lo saben por lapidarios d´esta tierra, mas porque todos no lo saben yo lo diré como lo dizen aquéllos de ultramar, a los quales toda ciencia y toda philosophía es vencida. El diamante a los que lo llevan da osadía y proeza, y guarda los miembros de todo el cuerpo enteramente, y da victoria de sus enemigos en guerra y pleyto si su cosa es justa, y al que lo lleva conserva el seso, y guarda de contentación y de nalos signos y de malas visiones y mal espíritu; y si algún malvado hombre querrá desonrar la muger de otro y ella llevara la dicha piedra todos hechizo y encanatamientos si se fueren hechos sobre aquél que los haurá hecho se tornarán; item, ninguna bestia salvage no osará comer a la persona que la dicha piedra llevara. El diamante debe ser dado sin codicia y sin compra, y entonce[s] tiene mayor virtud y haze al hombre más fuerte y más firme contra sus enemigos y guaresce todo lunático.

Y aún ay algunos diamantes indianos que son balastres y más brunos que violas, y son más duros y preciosos, mas ay algunas gen- /fo. XXXIIII r./ tes que no los quieren tanto como los otros, porque yo los he visto provar y para mí tanto los querría como los otros. Y aún ay otros de otra manera que son buenos y de gran virtud que son assí caros y quadrados de su natura: los unos son de dos caras, y los otros de tres, y los otros de quatro caras, assí como su natura lo ordena; y por esto los grandes señores y cavalleros que quieren haver honor en armas los llevan de buen grado en sus dedos.

Y aún yo hablaré adelante un poco de los diamantes, aunque sea un poco prolixo, a fin que ellos no sean engañados por aquellos que los llevan vendiendo por el mundo: porque quien quiere comprar diamantes cúmplele que los sepa conoscer por quanto los contrahazen de christal jaune, qua quiere dezir "amarillo"; assí mismo, de safir lohorisse, una piedra que ellos llaman "yris" y de chicas piedras que hombre halla y assí mismo de sourías, que es un ave que está dentro en la mar: y muchas vezes los contrahazen que no son buenos porque la punta se quebranta muy prestamente y también se la puede hombre muy bien confacionar, mas algunos maestros no los aclaran por malicia: porque las gentes piensen que no se pueden polir y se piensan que sean de los mejores; mas en esto los enseña el hombre primeramente en los cortar y en una otra manera en un safir y en otras piedras o sobre christal o sobre azero, y después toma hombre una piedra diamante: es, a saber, la piedra de los marineros en otra manera llamada "caramida", que tira la aguja para sí; y si el diamante es bueno y verdadero y está cerca la caramida entonce no haurá poder aquélla de llevar ni traer para sí el aguja hasta que el diamante sea dende quitado, salvo si la caramida fuesse muy gruessa: ésta es la prueba de los de allende la mar, mas acontece algunas vezes que por la incontinencia de aquel que lo lleva, el buen diamante pierde su virtud y assí es necesario de le tornar su virtud a esta piedra, la qual cosa sé cómo se haze, mas no la diré agora por evitar prolixidad.

Capítulo XLIV