Capítulo XXXII

De la ley de los jacobitas y de los surianos y de los christianos de la cintura y de otras muchas cosas.

 

Sabed que entre estos moros, de una parte y de otra moran muchos christianos de muchas y diversas maneras y nombres diferentes, y todos son bautizados y tienen diversas leyes y costumbres, mas todos creen el Dios Padre e Hijo y Espíritu Santo, empero, continuamente yerran en los artículos de la fe. Unos d´ellos se llaman jacobitas porque los convertió Santiago y san Juan su hermano, y ellos dizen que debe hazer hombre su confissión a Dios tan solamente y no a hombre, porque a Dios se debe mostrar culpable al qual ha ofendido que él no ha ordenado de hazer mal ninguno, según que él lo demuestra por los prophetas según ellos lo dizen, assí como Moysén escribió en la Biblia, y por esto dixo David en el psalterio: "Confesarme he a ti, señor de todo mi coraçón", y en otro lugar dize: "Y confesse a ti mi delito"; y éstos saben toda la Biblia y el psalterio y por tanto alegan assí; empero, no alegan las autoridades en latín, sino en romance suyo y muy descompuestamente dize que David y los otros prophetas dizen assí.

Y muchas vezes, leyendo en la santa Escritura vemos que algunos dotores sanctos concordan con sus errores en parte, assí como san Agustín y san Gregorio y sant Hilario, porque sant /fo. XXV v./ Agustín dixo: "El que sus pecados confessarey se convertiere a Dios crea que haurá perdón", y san Gregorio dize: "Señor, demandámoste que mires nuestra voluntad y la libres", y assí mismo san Hilario: "Si el pecador hubiere arrepentimiento de coraçón Dios haurá piedad d´él y lo mirará con ojos de misericordia".

Y por esto dizen que a Dios se debe mostrar culpable de sus deméritos y pedirle misericordia prometiéndole de se emendar; y por ende, quando ellos se confiessan toman fuego y pónenlo cerca d´ellos y meten en sus orejas cosas odoríferas y en el humo ellos se confiessan y llaman a Dios pidiéndole perdón.

Aquesto es verdad, que aquesta confessión es natural y primitiva, mas los sanctos padres que han sido vicarios de Dios han ordenado que se confiesen a hombre en lugar de Dios por muchas y buenas razones, por quanto ellos han visto que la enfermedad no se puede curar ni sanar sino que sepa hombre la natura del mal, y allí no puede hombre dar la penitencia conveniente si el hombre no sabe la qualidad del delito, porque un mismo pecado es más grave según el lugar y tiempo, y assí según la natura y qualidad del delito y pecado se debe dar la penitencia y porque cada qual es apasionado y afectado a si mismo, no podría ser bien castigado ni aconsejado de si, como ninguno puede ser juez de su causa; y porque ante que Dios se encarnasse era mucha razón confessarse solamente a Dios, empero después que tomó Dios carne humana y tuvimos en el cielo Dios y Hombre, de necesidad fue que nos confesásemos al hombre, y por ende dixo Santiago en su canónica: "Confesad unos a otros vuestros pecados", y no solamente al sacerdote, mas aún a otro qualquier lego en tiempo de necesidad quando no se puede hallar sacerdote, y si está uno en peligro de muerte deve confesar sus pecados a un lego, como en batalla o en mar, y también porque la mayor parte de la penitencia es la vergüença, y cierta cosa es que mayor vergüença tiene uno del hombre que visiblemente se vee que de Dios, al qual no se vee: y por tanto ordenó la yglesia la confessión sacerdotal; y aún la más común opinión es que la confessión sacerdotal es no solamente de derecho humano y positivo, mas aún de derecho divino y evangélico: assí en este passo se deve guardar, y no como ellos dizen.

Item, ay otros christianos que llaman "sorianos" y tienen una creencia mediana: es, a saber, entre nuestra ley y la de los griegos, y traen grandes barvas como los griegos y hazen el sacramento del /fo. XXVI r./ pan de levadura y en su lenguaje usan letras moriscas, mas según el misterio de la missa usan letras griegas y hazen su sacramento assí como los jacobitas. Allí ay otros muchos christianos que son llamados "jorgianos" porque los convertió san Jorge, y a él adoran más que a otro santo de Parayso y lo reclaman todos los días que les ayude; todos estos del gran reyno de Jorgia llevan coronas rasas y los clérigos tienen las coronas redondas y los legos quadradas; éstos tienen la ley cristiana, assí como los griegos.

 

Item, ay otros que son llamados "christianos de la cintura" porque ellos andan ceñidos por encima. Item, ay otros que son llamados "armenios". Y son christianos nombrados "nubianos", y otros "indianos", que son de la tierra del Preste Juan. Y todos estos tienen algunos artículos de nuestra fe y otros ay que son muy varios de nuestra fe, lo qual sería enojoso a los oydos de los discretos haverlo de contar por ser cosa prolixa.

Capítulo XXXIII