[a j r]

 

Triumphos de locura

nuevamente compuestos

por Hernán López de Yanguas

 

[a j v]

 

Triumphos de locura muy aplazibles

y no menos provechosos para quien bien los gustare. Nuevamente compuestos por Hernán López de Yanguas sobre un dicho d’el sabio que dize: Stultorum infinitus est numerus. La intención d’el auctor es mostrar qué cosa es locura y qué cosa es prudencia, y qué nos enseña la una y qué nos enseña la otra. Van las coplas con doze pies cada una. Y para ser bien leýdas, los cinco primeros se an de leer a una parte y los siete siguientes a otra, porque van todos travados. Los quales triumphos imbió a unas hermanas suyas para que en ratos ociosos le leyessen y passassen tiempo con estas dos primeras coplas.

 

 Porque sé, amadas hermanas,

que de contino os preciáys,

como perfectas christianas,

de tener en qué leáys

obras limpias y no vanas,

 determiné de os imbiar

ésta, en que podáys notar

las artes de la locura,

para que con gran cordura

os sepáys d’ella guardar,

y pensar en lo que dura

y jamás a de durar.

 Y porque soy todo vuestro,

mas por entero que escrivo

en esto que aquí demuestro,

hermanas, os apercibo

que sigáys el fin que adiestro.

 También os hago saber

lo que me cansó poner

a trobar estos renglones:

fue que estava en vacaciones,

y por no me entretener

en vanas preocupaciones,

plúgome en esto entender.

 

Comiença la obra.

 

[a ij r]

 

 Pensando, como es razón,

en estos casos mundanos

quán diversos van y son,

a dicha tomé en las manos

un libro de Salomón.

 Yo lo comencé de ver,

trastornar y rebolver

por notar lo que escrevía;

vi que por tema dezía

vanidades y a de ser

quanto en el mundo se cría,

salvo a sólo Dios temer.

 

 Prosigue.

 Noté con seso profundo

qu’era tema de discreto

y muy más sabio, que fundo,

a causa d’el qual respecto,

yo pensé dexar el mundo.

 Y partiendo a un monesterio

a rebolver el salterio

encontré una compañía,

señora d’este hemisp[h]erio,

que derecha a mí venía

con muestras de refrigerio.

 

 Prosigue.

 Vi que eran todas mugeres

y ningún hombre con ellas,

tomando muchos plazeres,

y puesto qu’eran donzellas

mostravan grandes poderes.

 Unas venían cantando,

otras saltando y baylando,

ligeras y desembueltas,

otras davan tres mil bueltas

con sus adufres[1] tocando,

a veces todas rebueltas,

los ojos mal sosegando.

 

 Prosigue.

 La que traye la vandera

dexóse llegar a mí

muy alegre y plazentera,

más que muger vi,

y preguntóme quién era.

 Yo, por no estar dilatando,

dixe: “A mí llaman Hernando,

mira si me pides más”.

Ella dixo: “Como vas

maginativo y pensando,

tente un poco, buelve atrás,

quiçá serás de mi vando”.

 

 Respondí: “No me detengas,

señora, por cortesía,

con tus preguntas y arengas,

porque voy lexos la vía

y las jornadas son luengas.

 Esso que pides de mí,

señora, no es para ti,

qu’es cosa que pide espacio”.

Dixo: “Pues que vas tan lacio,

descansa un poquito aquí

por parescer del palacio”.

“Soy contento”, respondí.

 

 Y notada su figura,

yo le demandé su nombre.

Dixo con desemboltura:                                                                                      [a ij v]

“Pues mi nombre no te assombre,

que a mí me llaman Locura”.

 Des que vi su qualidad,

conoscí dezir verdad

en quanto me relatava,

porque nunca sosegava

ni mostrava gravedad

en las cosas que parlava,

sino mucha variedad.

 

 Prosigue.

 De preguntas en preguntas

que de acá y de allá passaron,

todas se llegaron juntas

y en el medio me tomaron

con sus artes y repuntas.

 “¿Quién son, dix[e], estas señoras?”

Dixo: “Son mis servidoras.

Lisonja y Delectación

y Nobleza y Presunción,

que me sirven todas oras

conforme a mi condición,

sin cansarse como moras”.

 

 Prosigue Locura:

 “Esta llaman Vanidad,

aquest’otra Fantasía,

aquell’otra Liviandad,

esta ciega es Ceguedad

y la postrera Porfía.

 Todas comen a mi plato

cada punto y cada rato,

zelosas de mi servicio,

cada qual tiene su officio

y su condición y trato,

y siempre busca aquel vicio

que le parece más grato”.

 

 El auctor.

 Ansí como descubrió

su nombre y el nombre d’ellas,

en el alma me pesó

por verme metido entr’ellas,

y el seso se me alteró.

 Yo quise descabulirme

a desora y despedirme,

mas todas se alborotaron

y de mí se engarrafaron

y me tovieron tan firme,

que mudar no me dexaron

ni fue en mi mano partirme”.

 

 Prosigue.

 En fin, por fuerça o por grado,

ove allí de reposar,

en un muy florido prado

dispuesto para holgar,

de sombra y fuentes poblado.

 Des que me vio con sosiego,

començó Locura luego

a dezir: “Huelga y no penes,

que si gustas de mis bienes

loar más, porque te allego,

según la congoxa tienes,

a mis plazeres y juego”.

 

 El auctor.

 Dixe: “Si me das licencia,

bien basta lo qu’[h]e holgado,

que voy buscando a Prudencia,

que tiene mayor estado

y mayor mando y potencia.                                                                     [a iij r]

 Dixo: “Yo quiero provar,

que no lo puedas negar,

ser mayor poder el mío

y si ves que desvarío,

no soy mucho de culpar,

pero sin duda confío

que nada puedas tachar”.

 

 El auctor.

 Respondí: “Si tú tal pruevas,

tenerte por docta y sabia”.

Replicó: “Si lo repruevas,

ternás tan sotil la vía

que a Zullío nada le devas”.

 Yo dixe: “Pues que ay sazón,

prueva, prueva tu inte[n]ción,

que aunque estava de camino,

yo, Locura, determino

d’escuchar tu probación;

a la sombra d’este pino

tú comiença tu sermón”.

 

 Locura invoca las musas.

 “Pues porque en falta no cayan

mis razones de confusas

y porque algún favor trayan,

invoco las Nueve Musas

que siempre con ellas vayan”.

 Des que favor les pidió,

luego un poco sosiego,

aunque loca parescía

y con mucha fantasía,

que en su nascencia cobró

entre su capitanía,

sus trimphos començó:

 

Játasse de deesa, y  comença:

“Si a los qu’el vino y el pan

con  sus industrias hallaron

por dioses honra les dan,

y templos les dedicaron

como a San Pedro y San Juan,

 con razón más conoscida,

que daré a quien me la pida,

devo ser Diosa llamada,

y por tal siempre acatada,

reverenciada y servida,

que aunque me tengan por nada

yo soy principio de vida”.

 

 El auctor.

 Yo dixe: “Decláreme esso,

que no alcança mi saber”.

Respuso: “En breve processo

te lo daré yo a entender,

si notas lo que confiesso.

 Si en la humana concepción

faltasse Delectación,

qu’es una criada mía,

de la mujer el varón

ningún cuydado ternía

y no avría generación”.

 

 Concluye su prueva.

 “Luego, más que claro está

que por yo me entrexerir

nadie me contradirá,

qu’el principio d’el vivir

a mí se me debe ya.

 Esto no lo avrás por nuevo,

pues menos avrás si pruevo

que toda la vida entera

milita so mi vandera                                                                                 [a iij v]

 

y entre las uñas la llevo.

Ora quier[a], ora no quiera

a la provança me atrevo”.

 

 Triumpho de infancia.

 “Los pequeñitos infantes,

en naciendo hago aplazientes

con sus bovitos semblantes,

y con dichos balbucientes

y con hechos ygnorantes.

 Mándolos luego besar

y con amor abraçar,

aunque lloren de despecho,

pues quien juzga con derecho

no me podrá reprovar,

que no es locura tal hecho

que passa con su criar”.

 

 Trium[p]ho de adolescencia.

“Pues sin duda adolescencia,

edad a todos graciosa,

muy agena es de prudencia,

pues que no huelga con cosa

mas que con ver mi presencia.

 El que tiene edad perfecta,

por no vivir en mi seta

a vezes pierde el color

y el plazer y aun el vigor,

pues juzga si es bien discreta

persona que en tal error

por huir de mí se meta”.

 

 Triumpho de viejos.

 “Quanto más de mí se alexan

las gentes muy menos biven,

y los que nunca me dexan

siempre descanso resciben

y de mí nunca se quexan.

 Venidos a senetud,

edad de solicitud,

con mí la olvidan los viejos,

y quanto son más anejos,

más sin vigor ni virtud,

tanto siguen mis consejos

que valan más que salud.

 

 Con mi favor animados,

olvidan el conoscerse,

précianse de enamorados

muchos d’ellos y traerse

trepados[2] y vigarrados[3].

 No se acuerdan que son canos,

bueltos manjar de gusanos,

falta de vista y de dientes,

ni miran inconvenientes

ni gota de pies y manos,

ni los dichos de las gentes

que los tienen por livianos.

 

 Algunos por remocarse[4]

con lo que yo les adiestro,

no paran hasta casarse,

porque no falte cabestro

con quien puedan bien atarse.

 Tórnolos a niños ser

en el estado y saber,

chúpome los sentidos,

hasta que de enloquecidos,

se mueren a su plazer

arrugados, carcomidos,

sin sentir el padescer”.

 

 Concluye en razón de la vida.

 “De lo qual queda provado,

por razones conoscidas,

lo que dicho as mirado,

que con mí gastan sus vidas

las gentes de grado en grado”.

 Respondí: “Cierto, Locura,

tu provança es clara y pura,

mas yo te ruego declares

si sabes en qué lugares

haze vida la Cordura,

pues por la tierra y las mares

andas triumphando segura”.

 

 Respondió: “Aquessa señora,

por quien hazes tal pregunta,

no sé dó vive ni mora,

porque debe ser defunta

con verse mi servidora.

 Dios le dio chica posada

muy alta y encogotada

desde las sienes arriba;

todas las vezes que estriva

en contra de mi celada,

mi gran poder la captiva

de pies y manos atada.

 

 Y con este temor mío,

ya que conosce mis mañas,

por no andar en desafío

debe estar en las montañas

muerta de hambre y de frío.

 Y también tengo recelo

que debe estar en el cielo,

según su partido acanda[5],

porque tiene so su vanda

muy pocos en este suelo,

y en todo el mundo no manda

ni comigo medra un pelo”.

 

 Prosigue las condiciones de Prudencia:

 “Mas tan poco es maravilla

para quien su ley bien sabe,

que tenga chica cadrilla,

porque en pura razón cabe

que pocos puedan seguilla.

 Manda a los de su vandera

que sigan recta carrera,

ni se arriven a los vicios

ni tomen vanos officios,

y que vivan donde quiera

con honestos exercicios

y freno en la parladera.

 

 Manda más, que siempre velen,

no para tomar de porte,

y que sus sentidos buelen

sobre las cumbres d’el norte

y los cielos todos cuelen.

 Manda más, que sepan sciencia

y que teman la conciencia,

no la destruyan errores,

y que las cosas mejores

las sigan con diligencia,                                                                            [a iiij v]

y los trabajos mayores

los reciban en paciencia.

 

 Dize que dexen los juegos

y los pongan en olvido,

y que recelen los fuegos

y las frechas de Cupido

y mentiras y reniegos.

 Manda más, regla tener

en el comer y bever

y no seguir su apetito.

Yo ninguna cosa quito

de quantas quieren hazer

los que juegan a mi hito,

sino todo a su querer”.

 

 Prosigue alabándose.

 “Y por ser anchas mis leyes,

sin tener regla ninguna,

tengo a mi mandar las greyes

que están debaxo la luna,

hasta los grandes y reyes.

 Biven contentos comigo

y con quanto yo les digo

no ay quien de mi mano salga,

ni piense que menos valga,

Dios es d’esto buen testigo,

y el que en mi carro cavalga

de todo el mundo es amigo”.

 

 Triumpho de mundanos.

 “Hago locos del tal suerte,

tan desvariados y tantos,

que jamás piensan que ay muerte,

y en servirme están tan prontos

que no sé quién los concierte.

 De sus ánimas no curan,

ni si juran ni perjuran,

ni temen rayo ni casma[6],

ni violines ni fatasma

en mis effetas[7] perduran;

ningún espanto los pasma,

a mil trances se aventuran”.

 

 Triumpho de desseos.

 “A muchos saco de quicios

rebolviendo sus desseos,

querrían cambiar sus officios,

quiçá por otros más feos

por vivir más a sus vicios.

 Quiere el suelto ser casado,

el casado ser letrado,

el letrado labrador,

el labrador ser pastor,

el pastor ser un soldado,

el soldado mercador,

el mercador ser perlado”.

 

 Triumpho de sentidos y primero, del gusto.

 “Mira si en cargo me son

los que tengo convertidos,

que conforme a mi intención

les trastoco los sentidos

para su satisfación.

 Hago que juzgue su gusto                                                                       [a V r]

quando yo lo barahusto[8]

que arenque les sepa a mero,

cáusoles más quando quiero,

qu’el vácon viejo y robusto

sepa a capón o carnero

y anotar el agro musto”.

 

 Triumpho del veer.

 “Alguno tiene muger

tan desaliñada y fea

que nadie la qu[i]ere veer,

ni para sí la dessea

por su torpe parescer.

 Y si a dicha su marido

es de los que doy partido,

no ay vez de quantas la vea

que por muy cierto no crea

que tiene a la reyna Dido,

o a la gentil Melibea

y que su par no a nascido”.

 

 Prosigue.

 “Y si el cuytado alcançasse

en que mar de sirtes[9] entra,

antes que con mí topasse,

claro está que se ahorcasse,

viendo que tan mal encuentra.

 Y si la muger supiesse

el parto sin que pariesse,

y el criar niños y niñas

y las quistiones y riñas

que passa sin interesse,

más quería cavar las viñas

si yo no la socorriesse”.

 

 Triumpho d’el oýr.

 “Otros hago en el oýr,

de orejas tan rebatidas,

que puedo claro dezir

que son conformes a Midas

en el primor d’el sentir.

 Juzgan a vezes los tales

órganos por atabales

y campanas por cencerros,

y los ladridos de perros

por canciones especiales,

y los gritos de los cerros

por dulcaynas celestiales”.

 

 Triumpho de oler y palpar.

 “Algunos biven con mí,

que en el oler dan tal baque

que perfumes de rabí

los tienen por estoraque[10]

o musquete[11] o menjuý[12].

 Otros de los que encenizo,

de tal arte los matizo

y su tacto es tan donoso

que a l’oler llaman rugoso,

y la pluma d’el herizo

tienen por p[i]el de raposo

y lo hueco por macizo”.

 

 Triumfos de diversas naciones.

 “Busco quantas invenciones

pueden a mi caso ser;                                                                                         [a V v]

ando por todas regiones

provocando a mi poder

todas las generaciones.

 Hago que se precie España

de guerra, cosa estraña,

y Venecia de riqueza,

y Escocia de sotileza,

y de música Bretaña,

y Germanía de nobleza,

y Francia de mucha maña”.

 

 Prosigue.

 “Con la theología sciencia

los de París hago ufanos,

y las artes de eloquencia

apropio a los ytalianos

que precien de eminencia.

 A turcos en bervería

doyles la religión mía,

que adoren a su Mahoma

y las trampas doy a Roma,

a Egipto la astrología

y a Grecia, que siempre coma

gloria de philosofía”.

 

 Triumpho de enamorados.

 “Por otras formas, si puedo,

que tengo de astuta y falsa

otros mil cuentos enredo,

a que gusten de mi salsa

y la prudencia les viedo.

 Hago que sean namorados

muy perdidos y penados

fuera de todo compás,

y tanto quanto aman más

son los tristes desamados.

Esto tú te lo sabrás

d’el tiempo de tus cuydados”.

 

 Triumphos de celosos.

 “Otros hago muy celosos

para su daño so[n] avisados,

y los tales sospechosos

muchas vezes son venados

por mostrarse muy raposos.

 Otros lloran su madrastra,

la que los plazeres castra,

y no lloran por sus padres

ni por hermanos, ni madres,

otros lloran por hijastra.

Todos estos son confadres

de los que mi carro arastra”.

 

 Triumphos de holgazanes.

 “Otros son de otro cendal,

si quies que por ellos entre

so poco o mucho caudal,

luego le emplean en el vientre

como en boca de costal.

 Otros también enveleño[13]

que gasten la vida en sueño

y en juegos y vanos ocios,

otros se dan a negocios

que cumplen para otro dueño,

y d’estos tales socrocios[14]

tres mil les pego y enseño.

 

 Triumphos de codiciosos.                                                                     [a Vj r]

 “Otros con hazienda agena

les doy grandes presumpciones,

y a la mañana se suena

que hazen ya cedibones

o moran en la cadena.

 Otros van por otr[a] senda,

mueren por tener hazienda

y montones de dineros

para que sus herederos

puedan poner buena tienda

y cevar bien sus gargueros,

aunque se mal rote[15] y venda”.

 

 Prosigue.

 “Estos hago tan sedientos

por adquirir y ganar,

que van do quieren los vientos

por las furias de la mar

con viscochos gusanientos[16].

 Alguno guerra dessea

por usar de garavea[17],

otro quiere parescer

rico donde le an de ver,

aunque su persona sea

pobre quanto puede ser

y de muy baxa ralea”.

 

 Triumpho de escuderos pobres.

 “A muchos hago preciar

quando les faltan los algos,

que en cada parte y lugar

se estimen de muy hidalgos,

de nobleza singular.

 Hágolos ruar de espacio

a manera d’el palacio,

y con aquella jactancia

ganan por mí tal ganancia

que hambre, sed y cansacio

çufran con mucha constancia,

hasta dar consigo en lacio”.

 

 Triumpho de cantores.

 “Passar quiero a los cantores,

pues su capitana soy,

pruévolo con los primores

y requiebros que les doy

en tiple[18] contras tenores.

 Hágolos muy elevados,

muy polidos y peynados

con aquel re, mi, fa, sol;

como tratan con bemol,

todos son muy bemolados,

aunque como el caracol

muchos se traen sus estados”.

 

 Triumpho de jugadores.

 “Otros traygo muy cevados

en lo bivo de mis fuegos,

son tan dados a los dados

y a los neypes y a otros juegos

que en esto gastan sus hados.

 Hago a vezes muchos d’ellos

tan embevidos en ellos,

que si no pueden jugar

suelen rogar y alquilar

otros que jueguen por ellos,                                                                     [a Vj v]

y aun el perder o ganar,

partillo por los cabellos”.

 

 Triumphos de rústicos.

 “Con ser yo de tal metal,

doy algunos tal convén[19]

que a vezes toman el mal

de mejor gana qu’el bien,

ni saben qué es miel ni sal.

 No curan de los respectos

que tienen los bien discretos;

cómense un quartal de pan

cada vez que se lo dan;

vanse por los viricuetos,

allá se huelgan y están

tornados brutos perfectos”.

 

 Prosigue d’ellos.

 “Los tales nunca codician

honrras ni cosa suprema,

en bovedades se envician,

la nescedad es su tema,

con ella se benefician.

 Mándolos yo festejar

los d[o]mingos y bayllar

con la gayta de bontorta,

allí tienen la memoria.

Di: ¿en qué me podrán pagar

esta vida transitoria

que ansí les hago gozar?”

 Dizen que los sabios

son tristes y viven poco.

 “El que con Prudencia va,

hable, calle, cene o coma,

siempre grave y triste está,

ni da plazer ni lo toma,

siendo moço es viejo ya.

 Bive éste tal vida breve

porque no ay en qué se ceve,

ni ay pesar de mayor peso

que siempre bivir en seso,

mas quien mis xaravas[20] beve

nunca está triste ni preso,

ni piensa que nada debe”.

 

 Triumpho de parásitos.

 “Una cosa sé de cierto,

puesto que yo sepa poco:

qu’el plazer está muy muerto

do faltan locos o loco

en poblado y en desierto.

 De aquí nasce y de aquí viene

que no ay grande que no tiene

mucho amor con mis criados,

porque son aparejados

para lo que les conviene,

que es quitalles de cuydados

mientra yanta y mientra cene”.

 

 Concluye ser todos suyos.

 “Si por tu dicha o fortuna

te diesse Dios un tal hipo

que subiesses en la luna,

como otro tiempo Menipo[21],

aunque natura repugna,

 claramente juzgarías

ser muchas las compañías                                                                        [a Vij r]

que con mis artes alago;

hago, en fin, quanto me pago

con estas criadas mías.

No gasto la vida en vago,

ni las noches ni los días”.  

 

 Triumpho de mugeres.

 “Aunque de mí den querellas

las mugeres, mis hermanas,

brevemente diré d’ellas

en palabras claras, llanas,

por qué me escusó Torrellas[22].

 Haga qu’en qualquier edad,

mocedad y vegedad,

sigan tanto mis viages

que en sus afeytes y trages

verás que digo verdad,

sin que comigo varages

poniendo contrariedad”.

 

 Triumpho de viejas.

 “Mas de las que yo me río

son unas viejas rugosas,

que están en tal desvarío

que presumen de hermosas

y se pican de amorío.

 Barnizan caras y tetas,

vístense ricas faldetas,

tienen dos mil salserillas

y alvayades[23] y cerillas[24],

allende de otras buxetas[25],

tantas que no sé dezillas

por venderse por mocetas”.

 

 Prosigue.

 “Y puesto qu’el mundo ría

de vellas en tales rentas,

con ser de mi confradía,

ellas se viven contentas

y duran en su porfía.

 Con sus affeytes y arreos

satisfazen sus desseos.

Doyles más otra ventaja:

no tener en una paja[26]

que sientan sus devaneos,

y si alguno las ultraja,

pónense más camafeos”.

 

 Prosigue.

 “Précianse de mil primores

a cabo de cincuenta años,

aunque entonces los amores

ya son a su costa y daños

con los nuevos amadores.

 Ven que la vida se passa

pero no le ponen tassa,

y si alguna es bien querida

esta sentencia no olvida,

que aunque se venda la massa,

en quanto su amigo pida

ninguna vieja es escassa”.

 

 Triumpho de artist[a]s.

 “Mas porqu’es nunca acabar

de mil cuentos las dos partes,

yo las quiero ya dexar,

por passar a los que en artes

la vida suelen gastar.

 Los quales, aunque sabidos,                                                                   [a Vij v]

si no fuessen socorridos

de aquestas mis servidoras,

no podrían vivir dos horas

de fatigados perdidos,

con sus sciencia[s] matadoras

en que siempre están metidos”.

 

 Triumpho de gramáticos.

 “¿Qué gramático podría

passar su desaventura

leyendo noche y de día,

si no tuviesse a la Cura[27]

contino por compañía?.

 Hazen rueda de pavón

con sobervia y presunción

entre los niños passeando,

con el gesto amenazando

a todos los de su vando

si no saben la leción”.

 

 Triumpho de rethóricos.

 “Los rethóricos no menos

son de mi jurisdición,

no pongo lengua en los buenos

porque no es mi condición

tocallos si son agenos.

 Rezando sus oraciones

hinchan garganta y pulmones,

con lo que yo les aliento

hazen gran papo de viento

buscando mil invenciones,

por induzir a su intento

las oyentes condiciones”.

 

 Triumpho de poetas.

 “¿Qué diré de los poetas?

¡Cómo me buscan y siguen

en sus versos y copletas,

y en quántas obras prosiguen

aunque tú en ellos te metas!

 Cada qual d’ellos se jacta

qu’es su gracia gratis data,

huelgan de ser señalados

y con el dedo mostrados,

toda fama les es grata,

no piden otros ducados

con mi favor ni otra plata”.

 

 Prosigue.

 “Muchos se tienen por Menas[28],

dexo a parte a los latinos,

que con las obras agenas,

añadiendo desatinos,

venden por ricas sus venas.

 Dizen y no saben qué,

troban sin saber qué es pie,

yo los calo y los penetro

y sobre esto quieren ceptro

de trobadores de fe,

tal es, Hernando, tu metro”.

Respuse: “Ya, yo lo sé”.

 

 Triumpho de lógicos.

 “De los lógicos sophistas,

dixo, te quiero dezir

y de sus trompas a ox[os] vistas

y replicar y surtir

con cautelosas conquistas.                                                                       [a Viij r]

 Comiençan con “es, no es”,

rebuellen manos y pies,

traen casos en disparates,

mueven sobre ellos debates

por la haz y por l’envés,

y quédanse tan orates

que nunca sanan después”.

 

 Triumpho de astrólogos.

 “Los astrólogos profundos,

mathemáticos más sabios,

que fingen de nuevo mundos

y tractan los astrolabios

con sus círculos jocundos,

 estos son perfectos míos,

no de los menos vazíos,

pues presumen desde el suelo

medir a palmos el cielo,

y según sus alvedríos

poner la gente en recelo

con sus juyzos baldíos”.

 

 Triumpho de médicos.

 “Los sequaces de Galieno

y de Hipocrás y Avicena

de mi mano les ordeno,

yo les doy muy bien de cena

por virtud d’el mal ageno.

 Quando matan, quando sanan,

siempre medran, siempre ganan;

sus trabajos bien se emplean,

los enfermos devanean

y los médicos deva[n]an,

con dos passos que passean

dos mil presentes les manan”.

 

 Prosigue.

 “Hago que los más idiot[a]s

sean tenidos por Apolos,

d’estos ay trezientas flotas,

que no tres ni quatro solos,

no hablo en personas doctas.

 Pero nota una verdad

que te digo de amistad:

qu’el peligro y aventura

procede más de la cura

que no de la enfermedad,

porqu’el más nescio procura

tentar mayor nescedad”.

 

 Triumpho de juristas.

 “Entre los más eruditos

hago preciar los juristas

de prudentes y peritos,

con sus grados de revistas

y processos y rescriptos.

 En su sciencia cautelosa,

glosa, glosa sobre glosa,

opinión sobre opinión,

traen el mundo all aribón[29]

en contienda reboltosa,

pero siempre su bolsón

con la pecunia reposa”.

 

 Prosigue.

 “Porque de las disciplinas,

que en el mundo son halladas,

aquellas hago más dignas,                                                                        [a Viij v]

más tenidas y preciadas,

que son a mí más continas.

 Trae hambre la theología,

frío la philosophía;

d’el astrólogo me río

y también d’él desvarío,

conque el lógico porfía;

la gramática es rocío

y trato de be[r]be[r]ía”.

 

 Prosigue.

 “Solos los médicos hago,

y los juristas también,

que gozen copioso pago

de su trabajo y convén,

los otros passen en vago.

 El doctor que más procura

calar la sacra escriptura

dando a las ánimas luz,

come caldo de altramuz,

mas  al que aboga o al que cura

yo le doy muy buen capaz

y  de perdizes hartura”.

 

 Triumpho de theólogos.

 “En la sacra theología

bien sé que ay varones doctos,

que con prudencia y porfía

de mí biven muy remotos

y de mi capitanía.

 Mas ay otros principiantes

que de nuevo calçan guantes,

mueven tan arduas questiones,

tan subtiles, tan pujantes,

que causan admiraciones

a todos los circunstantes”.

 

 Prosigue.

 “Quiero ponerte presentes

algunas en que los meto,

buscan cómo ay acidentes

en la hostia sin subjecto

con estas otras siguientes:

 Si San Pedro consagrara

en ell’altar sobre ell’ara

quando Christo en cruz pendía,

¿qué consagrara aquel día,

o su musa en qué parara?

Item, si entonces podía

ser hombre Christo a la clara.

 

 Prosigue.

 “Mueven más alteraciones,

yo soy la que los insisto:

¿Si avrá muchas filiaciones

en el mismo Jesú Christo,

con no sé qué provaciones?

 Item, procura[n] saber

si en los muertos de comer

después de resuscitados,

y los cuerpos ya gastados

de qué suerte podrán ser

uñidos y conformados

sin un pelo fallescer”.

 

 Prosigue.

 “Luego procuran bolar

sobre los púlpitos todos,

para esgrimir y mostrar

las manos hasta los codos

y por los dedos hablar.                                                                            [a Viiij r]

 Buscan nueva introdución

con tema y salvación,

algunas vezes soñada,

otras vezes forgicada[30]

y dividen su sermón

cada qual como le agrada

para dar prosecución”.

 

 Prosigue.

 “El evangelio sagrado,

que Dios manda declarar,

déxanselo entreverado,

no lo saben bien mascar

porque nunca lo han usado.

 Es su más principal voto

nombrar al subtil Escoto

y luego a Santo Tomás

y muchos doctores más.

No hablo yo en varón docto

porque lleva otro compás,

que los de mi vando noto”.

 

 Prosigue.

 “Luego en la parte primera

mueven questión muy profunda:

si Adán fue más si no fuera,

y pássanse a la segunda

satírica y lastimera.

 Sudan y lançan saetas,

no acaban hasta cumpletas

de dezir mal de los vicios,

hasta que salen de quicios,

después traen dos fabuletas

causantes riso y bullicios,

este es el fin de sus tretas”.

 

 Triumpho de grandes.

 “Suele Prudencia ocupar

los grandes reyes y señores

en pensar y imaginar

cómo estén sus servidores,

contentos y a su mandar.

 Mándales tener justicia

y castigar la malicia

guardando leyes y fueros,

dízeles que sean luzeros

y nortes de pudicia,

no golosos por dineros

ni metidos en cobdicia”.

 

 Prosigue.

 “Yo, porque sean allegados

a mis artes todos ellos,

prívolos desseos, cuydados,

puesto que ay algunos d’ellos

que de mí están alexados.

 Hágoles tomar plazer,

bien bever, mejor comer

mil potajes y manjares;

la pesca de ríos y mares

no se puede defender

de sus huecos paladares,

allí se va a fenescer”.

 

 Triumpho de caçadores.

 “Caçador que a mí se abraça

yo le prendo de tal fiebre

que por andar siempre a caça,

tras una perdiz o liebre,

lo que le cumple se traça.                                                                        [a Viiij v]

 Doy podencos, galgos, canes,

açores y gavilanes,

girifaltes[31] y neblíes[32],

tagarotes[33], baharíes[34],

balcones con alcotanes[35]

y sacres[36] y alfanequíes[37],

destrución de carne y panes”.

 

 Triumphos de edificadores y alquimistas.

 “Otros suelo provocar

a dañosos exercicios,

hágolos edificar

tantas formas de edificios,

hasta que no ay qué gastar.

 Otros con artes secretas

buscan alquimias ineptas

consumiendo su thesoro,

quando piensan hazer oro

y reparar las arquetas;

yo sola con ellos moro,

agotadas las buretas”.

 

 Triumpho de perlados.

 “A los notables perlados

también les manda Cordura,

que siempre estén ocupados

en la sagrada escriptura

curando de sus ganados.

 Pero yo tengo mis mañas

y mis cautelas estrañas,

hágoles poner vicarios

y juezes arbitrarios

que pelen bien sus cabañas,

porque sean mis tributarios,

anexos a mis hazañas”.

 

 Triumpho de clérigos.

 “De los prestes bien podría

darte muy largo processo,

tal que nunca acabaría,

aunque también te confiesso

que muchos dexan mi vía.

 Rapan los quesos y lana,

y quanto la yglesia mana

en los pueblos do residen

huélganse que los combiden,

mas si está la oveja sana

o con roña no lo piden

por tenerme por hermana”.

 

 Prosigue.

 “Por huyr de lo ferial

rezan fiestas reçagadas,

y si rezan bien o mal

o van las oras mascadas

no hazen mucho caudal.

 D’esto soy la causa yo

quando con ellos estó,

la culpa no me la quites,

y quieren más dos ardites

que de pintança les dó

o dos pares de confites

que pronunciar bien o no”.

 

 El auctor.

 Yo dixe: “Pues tantos son

los que tienes so tu imperio,

Locura, dame perdón,                                                                                        [a X r]

que me voy a un monesterio

a bivir en religión.

 Porque no puedo pensar

que a ti te dexan entrar

allá por ningún postigo”.

Respondió: “Hernando, amigo,

quiérote desengañar,

y si notas lo que sigo

sabrás si me dan lugar”.

 

 Moderación de Locura.

 “No soy yo tan maldiziente,

por mostrarme tan señora,

que en la religiosa gente,

donde la Prudencia mora,

se poner lengua ni diente.

 Ni pienses que mis razones

dizen mal de religiones,

que aunque loca, no tan loca;

si en algo mi lengua toca,

tocará en las opiniones,

de los de Prudencia poca,

pero no en cuerdos varones”.

 

 Triumpho de religiosos.

 “Hago mo[n]jes y hermitaños

de tal modo y qualidad

que presumen que en dos años

heredan la santidad

por estar d’el siglo estraños.

 Piensan que en poco saber

roban todo el merecer

so sus hábitos y mantos,

por la qual cuenta los cantes,

pues que no saben leer,

se podrían bien llamar santos

si idiotas es santos ser”.

 

 Prosigue.

 “Otros con bozes groseras

y psalmos mal entendidos

presumen más que de veras,

que deleytan los oydos

de las supernas esperas.

 Otros piensan, porque van

a pedir huevos y pan

a bozes de puerta en puerta,

que tienen la gloria cierta;

no sé si se engañarán,

yo pienso que es más abierta

para los que algo les dan”.

 

 Prosigue.

 “Otros hago muy agudos

en cosas que lieva el flato,

sobre contar bien los ñudos

d’el cordón y d’el çapato

o si son blandos o crudos.

 Otros ponen su sentir

sobre el color d’el vestir

más fixo que en los maytines;

otros van por otros fines

que te quiero descubrir,

miden quatro celemines[38],

pueden la cugulla hinchir”.

 

 Prosigue.

 “Unos son de una ralea,

otros van por otro son,

los unos ciñen correa,

los otros cuerda o cordón                                                                       [a X v]

y sobr’esto ay gran pelea.

 Mas si no van bien ceñidos,

luego son reprehendidos

de los superiores d’ellos;

otros sobre los cabellos

sino los traen bien medidos,

al marco que mandan ellos,

son gravemente punidos”.

 

 Prosigue.

 “Hay alguno que se estima

de religioso en la gana,

viste cilicio por cima

y junto al cuerpo trae lana

porque menos le lastima.

 Otros visten de contino

blancas túnicas de lino

bien allegadas al cuero;

otros no toman dinero

si no vienen de camino,

aunque gustan por entero

los mosquitos en el vino”.

 

 Prosigue.

 “Traen entr’ellos diferencias,

nótalas y no te assombres,

vandillos y competencias

a causa de los cognombres

con que dañan sus conciencias.

 Uno: ‘Yo soy agustino’,

otro: ‘Yo soy bernardino’,

otro: ‘Yo soy carmelita’,

otro: ‘Yo soy hieronomita’,

otro: ‘Yo beneditino’,

otro: ‘Yo soy jacobita’,

otro: ‘Yo soy brigidino’.

 

 Escusa las monjas.

 “En las monjas no me meto

por ser tan hermanas mías,

porque tú, sí eres discreto,

conversándolas dos días

sabrás asaz su respecto.

 Torno pues a mi sermón

porque no pierda sazón

ni vaya rebuelto y misto,

digo que los más que son

no son hermanos en Christo,

sino en cisma y división,

a la qual yo los insisto”.

 

 Prosigue.

 “Con sus pensamiento vanos

tales varajas comiençan

que de llamarse christianos

paresce que se averguençan

por cognombres muy livianos.

 Las cerimonias que hazen

en los templos donde yazen,

con cuelos, manos y planta,

son tan diversas y tantas

con que a mí sola complazen,

que cien lenguas y gargantas

para esto no satisfazen”.

 

 Prosigue.

 “Un secreto te revelo

de los que a mí se me ofrecen:

que piensan que es poco el cielo

para lo que ellos merescen,

aunque tienen con mí el zelo.

 Bien sé yo quién se alabó,

que siempre peces comió,                                                                       [a Xj r]

otro contó mil millones

de ayunos y devociones

que con açotes passó,

otro no sé qué visiones

que el ángel le reveló”.

 

 Prosigue.

 “Otros sé que se loaron,

de los que son mis privados,

que nunca blanca tomaron

sin tener guantes calçados

des que en religión entraron.

 Otros, mucho mis devotos,

traen cugullas de pilotos,

otros se suelen preciar

que han estado en un lugar

todas sus vidas immotos,

otros, de mucho cantar,

muestran los gargueros rotos”.

 

[Prosigue.]

 “Otros diezen que en verdad

de bever siempre agua fría,

o de estar en soledad,

han cobrado letargía

y en la lengua torpedad.

 Quiérome agora reýr

cómo Dios a de dezir

a todos de grado en grado:

¿”Qué’s de la ley que os he dado?,

que d’el calçar y vestir

no tengo ningún cuydado,

ni d’el cabello y ceñir”.

 

 Prosigue más lo que Dios dirá.

 “La caridad que mandé

unos con otros tratar

y la esperança y la fee,

que al cielo suele bolar,

¿qué’s d’ella, por dónde fue?

 Yo no siento qué respuesta

pueden responder honesta

que a Dios agrade y lisonge,

pues vestir no haze al monge

sino la vida compuesta,

que l’alimpie, que l’esponge

lo que vana gloria presta”.

 

 Concluye Locura triunfando d’el auctor.

 “Digo, en fin, que como lapa

me pego sin resistencia,

y que ninguno se escapa

de mi copiosa potencia,

desde el sacristán al papa.

 Pues como tú sólo quieres

dexar la flor de mugeres

por seguir a la Cordura,

sigue, sigue mi ventura,

que mientra con mí vivieres,

pues la vida poco dura,

no te faltarán plazeres”.

 

 El auctor.

 Desque sus nuevas me dio

por orden de grado en grado,

el camino me impid[i]ó

que llevava començado

por dexar el mundo yo.

 Vi que en hermitas y templos

se sembravan sus exemplos

entre sacros y profanos;

atome de pies y manos                                                                                        [a Xj v]

y causome mil destemplos

en mis pensamientos sanos

con tan diversos dexemplos.

 

 Fictión.

 Estando en esta pendencia

cercado de confusión,

vi que asomava Prudencia

sin ninguna alteración,

con agradable presencia.

 Des que Locura la vio,

luego desaparesció

enmudecida y turbada,

tras ella fue su manada

que punto no reparó,

y la Prudencia llegada

d’esta manera habló:

 

 Reprehensión de Prudencia.

 “Espantada soy de ti,

tu discreción a de mora.

Hernando, ¿qué hazías aquí

con aquella burladora,

siempre enemiga de mí?”.

 Respondí: “Señora mía,

a mis solas me venía

por aquí por te topar,

y en este mismo lugar

ella con su compañía

me vinieron a encontrar,

y me estorvaron la vía”.

 

 Prosigue el auctor.

 “Díxome qu’el mu[n]do

se lançava por su puerta,

y que tú andavas d’el todo

desterrada y medio muerta,

los hocicos por el lodo.

 Concluyo poco a poquito

esto que relacto y digo,

dixo que tú tenías pocos,

pero locas y locos

avie número infinito,

que restan haziendo cocos

por cumplir con su apetito”.

 

 Respuesta de Prudencia.

 Respuso: “No me doy nada

de su dezir y parlar

como loca desvariada,

mas cierto oviera pesar

si fueras con su mesnada.

 Pero pues Dios me ha traýdo

por estos prados y hexido,

si no te quieres perder

dezirt’[h]e mi parescer,

no lo pongas en olvido

ni te torne a’nloquescer

Locura como a perdido”.

 

 El auctor.

 “Tenert’[h]e en notable gracia,

dixe, si no te fatigas,

que sin arte ni fallacia

lo que me cumple me digas,

no temas mi contumacia”.

 Dixo: “Ya sabes, hermano,

qu’este mundo es todo vano.

Ninguno jamás no nasce

que la muerte no lo casce

siquiera tarde o temprano,

todo lo roba y lo pasce,

no a quien le vaya a la mano”.                                                                 [a Xij r]

 

 Prosigue descubriendo sus engaños.

 “Muérese el doto y no doto,

no queda grande ni chico,

ni el bien vestido ni el roto,

no escapa pobre ni rico,

ni el muy discreto ni el boto.

 Bien te lo sabes tú ya

qu’esto siempre passa acá:

la tierra siempre está queda,

Fortuna gira su rueda,

tiempo viene y tiempo va,

todo lo dulce se hazeda

y nunca en un ser está”.

 

 Concluye su parescer P[r]udencia.

 “Y pues ay siempre mudança

en quanto está so la luna,

poniendo en Dios su esperança,

por sabio tengo al que pugna

por la bienaventurança.

 D’esta no tienen cuydado

los que Locura a burlado

y con Locura se mueren,

mas los que a mí me creyeren

viviendo la avrán buscado,

no quando ya conoscieren

que está el fin aparejado”.

 

 El auctor toma el consejo de Prudencia.

 Yo dixe: “Bien me paresce

lo que dizes y me aplaze,

porque claro más meresce

el que más servicios haze

que el que nunca en ellos cresce.

 Pero dame la manera,

como amiga verdadera,

en qué estado es tu intención

que busque mi salvación”.

Respondió muy plazentera:

“Mejor es en religión

a mi ver, que no de fuera”.

 

 El auctor lo aprueva y da fin a su obra.

 Respondí: “Pues que a tu veer

esso te paresce a ti,

yo apruevo tu parescer

y digo que será ansí,

no te quiero detener”.

 Dixo: “Pues queda en buen ora”.

“Yd con Dios, dixe, señora”.

Ansí me dixo y se fue.

Yo mi camino tomé

para do Tristeza mora,

no sé quándo llegaré,

que aun no soy llegado agora.

 

                  Deo gratias.

 

                     Yanguas.

  

  

    

 



[1] De adufe, en DRAE, 1726: Cierto género de tamboril baxo y quadrado, de que usan las mugéres para bailar, que por otro nombre se llama Pandero.

 

 

[2] En DRAE, 1803: adj. que se aplica al animal rehecho y fornido. Robustus.

3 De bigarrado, abigarrado. En DRAE, 1726: Compuesto, ò pintado de varios colores, sin unión ni orden.

4 De remoquete. En DRAE, 1737: Se toma tambien por dicho agudo y salado.

 

 

 

 

 

 

 

[5] De candar. En DRAE, 1729: Cerrar con llave alguna puerta, arca, ò cosa semejante.

[6] Desconocido.

[7] De efetá. En DRAE, 1780: Esta palabra de que se usa la Iglesia en el Sacramento del Bautismo, quando el Sacerdote toca con los dedos, mojados con su propia saliva, las orejas y narices del que se ha de bautizar, la ha tomado el vulgo en una significacion contraria de lo que significa: porque para expresar que uno está reacio en decir la verdad de lo que se le pregunta, y no quiere responder al caso, se dice que el tal siempre dice y responde EFETÁ.

[8] Referido a barajar.

9 En DRAE, 1803: Peñasco en los golfos, con bancos de arena muy peligrosos.

 

 

[10] En DRAE, 1732: Arbol mui parecido al membrillo, cuya corteza es resinosa y aromática, y el fruto que dá es semejante à una ciruela blanca y pequeña, y amarga al gusto. 2. Se toma comunmente por la goma ò liquór que destila el arbol assi llamado, y que se cuaja y endurece como la resina. El mas estimado es el de colór roxo, porque tiene mas crassitúd; à diferencia del que es negro y mohoso, y que con facilidad se desmenuza. El estoráque liquido, es la grassa que sale de la corteza del arbol por via de cocimiento.

11 De musco. En DRAE, 1734: Hierbecilla futi, delecada y corta, que se cria en los troncos y ramas de los arboles, y algunas veces en las piedras. Dícese tambien Musgo y Moho. 2. Significa tambien lo mismo que Almizcle. Almizcle en DRAE, 1726:Droga odorífera mui conocida por su nombre y por su fragancia; mas no por su naturaleza, no siendo facil determinar à punto fixo que cosa sea; ...

12 De Benjui. En DRAE, 1726: Liquór o goma que destila el arbol llamado Laserpicio: el qual se congéla y enduréce, y se vuelve blanco en lavándole. Es mui oloroso, suave al gusto y trasparente, y en lo naturál de colór mui roxo. El mas excelente nace y viene de la ciudád de Cyrene en la Libia, y por tal se llama Liquór Cyreníaco. Apellídale Benjuí, ò Benjudaico, porque la priméra vez que fue usado y descubierto fue en Judéa. Vulgarmente le llaman Menjuí; pero su nombre verdadéro es Benjuí.

 

 

 

[13] Referido a embelesar.

[14] En DRAE, 1739: Emplasto, ò epictima de color de azafrán. 2. Metaphoricamente vale detectacion, complacencia, ò refocilacion del ánimo, que se solicita, ò se percibe de alguna especie.

[15] Relativo a rodar.

[16] Relativo a gusano.

[17] Desconocido.

[18] En DRAE, 1739: La tercera, y mas alta voz en la consonancia música, que se compone de las tres voces baxo, tenór, y tiple. 2. Se llama tambien la persona, que tiene este tono de voz sutíl, alta, y aguda.

19 Relativo a convenir, convenio

 

.

[20] De origen desconocido. Puede equivaler a mis lecciones, mis juegos, mis engaños.

 

[21] De menipeo. En DRAE, 1936: perteneciente o relativo a Menipo, escritor satírico de la antigua Grecia.

[22] Escritor y personaje que aparece en la Canciones y el la Ficción sentimenta.l

[23] De alvayalde. En DRAE, 1726: La substancia del plomo, que metido en vinagre fuerte se dissuelve y evapóra en polvo à manera de cal, blanquissimo, que se queda pegado à la superficie de la plancha ò lámina infundida en el vinagre, y raído, ò raspádo se coge por varios usos.

[24] En DRAE, 1729: de Cera. Candela, ò vela mui delgada y larga, que solo tiene mezclados con céra los pocos hilos del pábilo, y cubiertos de ella con una capa, ò baño sutíl. Sirve para encerar los cortes de las telas de seda, porque no se deshilen, passandola encendida por ellos ligeramente y tambien de luz manuál para alumbrarse, y otros usos.

[25] En DRAE, 1726: Vaso ò pomo pequeo pulidamente labrado, en que se suelen poner algunos liquóres, ò cosas aromáticas para traher en las faldriqueras: y tambien se llama assi la caxita en que se guardan.

[26] En DRAE, 1737: Metaphoricamente se toma por qualquier cosa ligéra, de poca consistencia ò entidad.

[27] En DRAE, 1729: Metaphoricamente significa remédio, providència, restauración de algúna cosa. En el verso funciona como personaje alegórico.

[28] Oficial egipcio martirizado en el año 269 d. C. [época de Diocleciano (284 – 305)], durante su servicio en Asia Menor por no renunciar a ser cristiano.

[29] Traer el mundo alborotado.

[30] Relativo a forzada.

[31] De gerifalte. En DRAE, 1734: Especie de halcón, el mayór en cuerpo de todos ellos, y casi del tamaño del aguila. El colór de sus plumas, quando pequeños, es pardo obscuro, y despues que la mudan se vuelve de colór azúl, y el pecho lleno de pintas blancas. Tiene la cabéza fuerte, el pico corvo, las uñas fuertes y agudas: los pies de colór verde azulado, que con el tiempo se vuelve blanco ò amarillo. Es velocisimo y animoso, y persigue las aves por el aire hasta rendirlas y abatirlas al suelo.

[32] De nebli. En DRAE, 1734: Especie de Halcón, que se cria en el Norte.Tiene el plumage pardo en sus principios, y en mudando, azúl obscuro, de colór de flor de endrína: el pecho blanco, y lleno de pintas azuladas. El cuerpo es menor que el del sacre; pero de mayór velocidad y aliento. Los piés los tiene de colór que el Gerifalte, y quando se ceban mucho en las palómas se les ponen mas amarillos.

[33] En DRAE, 1739: Especie de Halcon, del color del Neblí, aunque mas pequeño; pero de grande ánimo, tanto, que acomete à todas las aves. Lo blanco de sus plumas es algo encendido.

[34] De bahari. En DRAE, 1726: Espécie de Halcón, que criado desde pequeño se domestíca y sirve para la caza de Cetrería. Es menor que el Neblí, pero no tan lustroso, ni tan vivo. En las plumas de las alas tiene algunas pintas coloradas obscúras. Es ave de grande ligereza, pero no mui constante en el vuelo.

[35]  De alcotan. En DRAE, 1726: Ave de rapìña, que sirve para la caza de cetrería. Es especie de halcon menor que el gabilan, y mayor que el esmerejón. Tiene un collar blanco cerca de la cabeza, que le hace vistóso.  

[36] En DRAE, 1739: Especie de halcón. Sus plumas son casi rubias, y algunas tiran á blancas. Tiene el pico, las alas y los dedos azúles.

[37] De origen desconocido.

[38] En DRAE, 1729: Medida de granos, semillas y otras cosas que hacen la duodecima parte de una fanega, y se divide en quatro quartillos.