Sobre esta edición
Para la edición
de los textos que siguen a continuación, he manejado Los pliegos poéticos de la colección del Marqués de Morbecq, texto
editado en facsímil por Antonio Rodríguez-Moñino, en Madrid, Estudios
Bibliográficos, 1962 y que se encuentra en la Biblioteca Histórica de Valencia.
Son una serie de composiciones poéticas que siguen la norma estilística y
ortográfica del siglo XVI.
Para una mejor
comprensión de las obras, recogo en notas a pie de página las primeras
definiciones documentadas en el Diccionario
de Autoridades de aquellas palabras que han caído en desuso.
He optado por
seguir los siguientes criterios de edición:
· He numerado
las páginas según el sistema tradicional.
· En la época
prescinden del sistema de puntuación, por lo que me he visto obligada a puntuar
los textos, siempre bajo mi personal perspectiva, para facilitar al máximo la
lectura.
· Para los
nombres propios, así como para todas aquellas palabras precedidas de punto, he
puesto mayúsculas. Éstas sólo son originales al inicio de la composición y
cuando el autor quiere hacer notar un tipo diferente de estrofa o parte del
texto, para lo cual he dejado también un espacio. De esta forma no se pierde la
intención del autor.
· He
desarrollado las abreviaturas.
· En cuanto a
las aglutinaciones, opto por separarlas mediante un apóstrofe, por ejemplo: d’esto.
· Mantengo la x en posición intervocálica, en palabras
como dixo, pues en la época sí se
pronunciaba como tal.
· Modernizo el
uso de u con valor vocálico y v con valor consonántico.
· La
contraposición de b y v sí se mantenía en la época, por lo que
en este caso, soy fiel a los textos.
· Del mismo
modo, mantengo la doble s, pues se
diferenciaba entre la s sorda y la s sonora.
· En algunas
ocasiones aparece la conjunción y y
en otras el símbolo tau, por lo que siempre lo he transcrito por dicha
conjunción.
· Se mantiene la
diferencia entre i e y tal y como aparece en las
composiciones, de ahí que las formas verbales tales como soys, queréys, no sufran
ninguna transformación.
· Tampoco las
palabras que contienen la ç, grafía
usual en la época.
· La h del verbo haber en la mayor parte de
los casos no aparece; es una grafía muda y no se utilizaba, por tanto, no
normalizo dicho verbo.
· Modernizo el
uso de las preposiciones para un mejor entendimiento, por ejemplo junto las
palabras aun que o también si no cuando es pertinente.
· En los textos
aparecen las formas verbales separadas de sus pronombres respectivos. Opto por
normalizarlo: trahédmelo y no trahed me lo.