En la "Historia de San Bernardo" se cuenta que en Aquitania vivía una mujer que era atormentada desde hacía seis años por un íncubo muy lujurioso, que una vez la amenazó para que no se acercase a un santo varón que iba a llegar a la ciudad. San Bernardo le entregó su báculo para que lo clavara junto a su lecho y entonces el demonio no pudo entrar en su estancia, pero desde fuera la amedrentaba diciendo que cuando se fuese San Bernardo la perseguiría con más ahínco.
San Bernardo, entonces, convocó a todo el pueblo a llevar velas encendidas y expulsó al diablo para que no pudiera acercarse a ninguna mujer. Así la doncella fue liberada.