Nos cuenta también Nider el caso de dos mujeres, seguidoras de Juana, que fueron apresadas en Francia. Ambas afirmaban también ser enviadas de Dios para ayudar a la doncella. El autor escucha, nuevamente, la información de boca de Nicolaus Amici. Después de que las jóvenes fueran examinadas por varios expertos, se concluyó que ambas habían sido engañadas por el espíritu maligno. Una de ellas se arrepintió, al darse cuenta de su error, y la otra fue quemada el mantenerse firme en su creencia. Se dice que se las juzgó por magas y brujas.
Se introduce aquí el vocablo “bruja” junto al de maga, dando así un tratamiento distinto a Juana y estas otras muchachas. De ellas se nos de poca información, pero el hecho de que Nider use aquí esta terminología es significativo.