No se menciona, se hace referencia solo al maleficio, presumiblemente de un brujo o bruja.
Brujo
La protagonista de esta historia es Seriosa, una virgen de la diócesis de Constanza que el autor afirma conocer. De hecho, habría escuchado sy historia directamente de su boca.
Esta virgen tenía gran fe en la señal de la cruz y la pasión de Cristo. Vivía en una choza paupérrima por propia voluntad. Y en una ocasión visitó a un hombre que había sido herido gravemente por un maleficio. Nadie conseguía sanarlo por ningún medio. Solo ella lo logró solamente con la oración del Señor y el Símbolo de los Apóstoles. Luego explicó que no se debe recurrir a operaciones ni fórmula ilícitas para poder romper un maleficio, es suficiente con las oraciones y las prácticas lícitas, tal como ella demuestra.
Vemos que el poder de la oración es el único capaz de sanar, de ahuyentar al mal; al igual que en el ejemplo anterior veíamos cómo el símbolo de la cruz y la fe firme podían impedir el daño de los brujos.