"De brujería en Sorgintzu y Arrantzu", en Leyendas guipuzcoanas de brujas
Leyenda popular
2014
José Dueso
Brujos en forma de animales
Bruja
Dos sardineras de Zarautz fueron a Hendaia a vender sardinas. Al volver se les hizo de noche y tuvieron miedo de dormir a la intemperie. Finalmente, vieron una luz y vislumbraron una casa en la montaña. Al llamar, les abrieron dos niños, hermanos, que las invitaron a pasar. Las mujeres les preguntaron sobre sus padres y ellos dijeros que estaban de brujerías, uno en Sorgintzu y otros en Arrantzu.
Cuando estaban ellas calentándose en la sala, llamó a la puerta la madre y entró en figura de asno; luego hizo lo mismo el padre, rugiendo. Las instaron a quedarse, aunque ellas tenían miedo, y les dieron de cenar, aunque los brujos mantenían sus formas animales.
A la mañana siguiente, cuando preguntaron cuánto debían por el hospedaje, los brujos, ya en forma humana, les pidieron favor por favor. Solo tenían que dar un recado a la serora de San Pedro de Zumaia. Ellas aceptaron, aunque se trataba de un galimatías que no entendían muy bien.
Al seguir su camino, se cruzaron con unos viandantes que se dirigían precisamente a Zumaia y les explicaron que tenían un recado para la serora. Entonces les informaron de que la nocha anterior las brujas la habían tirado por la escaleras y la habían matado. Las sardineras comprendió que habían sido la madre o el padre de los niños, con otros compañeros de la secta.
No hemos localizado ninguna otra historia similar a esta. Llama la atención la burla que, en realidad, están haciendo los brujos a las sardineras, al darles un recado para alguien que está muerto. Quizás solo quieran hacer alarde de su poder y demostrar lo benévolos que han sido con ellas, dado que su costumbre habitual es cometer crímenes.