"Las brujas de Beasain", en Leyendas guipuzcoanas de brujas
Leyenda popular
2014
José Dueso
Bruja
Bruja
En Martxinbenta, un hombre del caserío Goborzuru llamado Lopia, carbonero, tuvo un día un problema con la pira, que tenía un buen agujero. No sabiendo cómo dar solución a tal contratiempo, clamó al cielo preguntando si no habría diablo o bruja que solventara tal cuestión (lo hizo sin intención, solo como quien protesta por su mala suerte y lanza tal interrogante en un momento de ira). Al instante, una misteriosa voz de mujer, estridente y desagradable, le preguntó de qué medida quería la madera para tapar el agujero de la pira.
Tal susto se llevó el buen Lopia, que echó a correr y no paró hasta llegar a su casa, que se hallaba a varios kilómetros.
Esta clase de relatos, que se podrían considerar de terror, juegan con elementos como esas frases inintencionadas que se escapan de la boca de un protagonista y que encuentran respuesta; o también en muchas ocasiones como la incredulidad de la que alardean los personajes y que encuentra un cruel castigo.
La bruja fue un ente perfecto para este tipo de leyendas rurales, que se desarrollaban en lugares cuyo entorno invitaba a estas creencias.