Jimeno Jurío afirmaba que, a principios del siglo XX, todavía quedaban brujas en Tafalla. La peor habría sido la conocida como la "Tafallica", capaz de volar, provocar tempestades y sequías, estropear los frutos, alejar la caza, convertirse en gato...
Un día, el herrero de Tafalla, "Rachón", estaba trabajando en su fragua cuando escuchó un ruido y pronto descubrió que se trataba de una grulla con un ala herida. Decidió terminar con sus sufrimientos clavándole un hierro de atizar los tizones, pero entonces el ave se transformño en una mujer joven que suplicó por su vida: se trataba de la "Tafallica". El hombre le consguió ropa y la dejó marchar. En el corral quedó muy mal olor después de este suceso.
El motivo de la bruja que, transformada en animal, presenta una herida es muy común. Eso permite en multitud de ocasiones identificar a la bruja tras haberla agredido en su forma de bestia, pues cuando recupera su aspecto humano, presenta la misma herida que siendo animal.