"El llanico de las brujas". En "Leyendas navarras de brujas"
Leyenda
2014
País Vasco / José Dueso
anciana fea y enjuta
Bruja
Pedro Miguel, de Muniáin, volvía una tarde a su casa muy cargado, pues llevaba a sus espaldas varias carrascas. Cuando estuvo muy exhausto, profirió un grito de ayuda y, a partir de ese momento, la carga le fue más ligera. Él atribuyó su nueva fuerza al grito, que le había insuflado energías, pero estaba equivocado. Poco después, escuchó una voz detrás de él que le solicitaba las gracias por su asistencia. Se trataba de una vieja, fea, arrugada, enjuta y desdentada, que le ayudaba a transportar las cosas.
Pedro gritó al ver a aquella criatura espantable y se marchó corriendo. Tal incidente tuvo lugar cuando el buen hombre pasaba por el conocido como "llanico de las brujas" .
Es común que el protagonista de la historia viva una experiencia de estas características al atravesar una zona cuyo topónimo tiene relación con la brujería. Este hecho serviría como testimonio que justificaría la fama del lugar.
La bruja se perfila en esta clase de leyendas como un ser que causa espanto y que sorprende al caminante, quien, sin darse cuenta, lo ha invocado en el lugar oportuno. El susto marca el final de la historia.