Un pastor de Otxagabia encontró un día un cuervo con un ala rota. Decidió cuidarlo y al día siguiente, milagrosamente, el ala se había repuesto, el ave pudo volver a volar. Un tiempo después, yendo por el monte, el pastor se lastimó una pierna. Afortunadamente, apareció una mujer, que dijo vivir en una cueva cercana, le entablilló la pierna y consiguió que al día siguiente ya estuviera curada. La extraña vieja confesó que le ayudaba porque él antes también la había ayudado. Si no hubiera sido por ello, ella, en forma de cuervo, habría sacado los ojos tanto al pastor como a su ganado.

Fichamos esta variante presentada en el recopilatorio de forma independiente, pues aunque se tratan nuevamente las transformaciones, el animal sobre el que se habla es distinto, y también el hilo argumental. Este mismo relato está también recogido en "Leyendas navarras de brujas".