Para pagar una deuda, en Brujas en el Pirineo fantástico
Leyendas
2006
Libros del "Cuentamiedos
Vieja bruja y joven doncella
Bruja
Un hombre viudo de Sara ha contraído una gran deuda con un tahúr, quien amenaza con quitarle la casa si no paga. Desesperado, acude a ver a una bruja que vive en una casa en el bosque, a quien muchos aldeanos piden ayuda cuando lo necesitan, a pesar de tratarse de un personaje maligno. Ella se ofrece a conseguirle el dinero si le trae a su única hija, doncella. Él no tiene más remedio que aceptar.
La joven, virtuosa, marcha hacia su destino y será iniciada en la secta por la bruja, que la unta y la hace volar hasta el aquelarre, donde pronuncia el reniego y es conocida carnalmente por el diablo. El demonio, tras tal acto, le entrega una bolsa con las monedas acordadas. Y así, ya iniciada, e incluso con la marca diabólica en un ojo, regresa a casa, para entregar el dinero a su padre; sin contarle todo lo vivido. La gran sorpresa viene cuando, al vaciar el saco, lo único que encuentran son cagarrutas de cabra, y no monedas.
Cuenta la leyenda que el viudo fue a ver a la bruja, a pedirle cuentas, pero lo único que ella dijo es que tal vez el diablo hiciera eso porque la muchacha en realidad no fuera doncella. De esta manera revelaría su maldad.
Finalmente, el hombre perdió su casa.
Como vemos, el final es feliz para la bruja, que consigue presentar ante su señor a otra adepta. La joven es mancillada y tanto ella como su padre, burlados.
Los relatos sobre cómo una bruja consagrada actúa como maestra son también abundantes. Se trataría de un motivo libresco, ya que el aquelarre, en la forma aquí presentada, no tiene nada que ver con la brujería tradicional. Sí vemos, no obstante, que ha pasado al acervo popular tras la eclosión de la fiebre brujeril de los siglo XVI y XVII.