Una mujer fría, en Brujas en el Pirineo fantástico
Leyendas
2006
Libros del "Cuentamiedos
Esposa fría con su marido
Bruja
En Mazères, un hombre fue a hablar con el sacerdote del lugar porque estaba preocupado, ya que su esposa se mostraba fría con él algunas noches, ni siquiera parecía ella misma. El cura pronto sospechó que algo extraño sucedía, pues en otras ocasiones la mujer se mostraba muy cariñosa con su cónyuge, y cuando se mostraba distante era siempre en días no alternos. La conclusión fue que podía ser una bruja y el religioso recomendó a su feligrés que cuando notara a su pareja fría, tratara de hacerle alguna señal en la espalda, para ver si por la mañana la seguía teniendo. Así lo hizo, pero trazó una cruz en la espalda de su supuesta mujer, así que la persona que estaba a su lado comenzó a retorcerse y terminó transformada en un tronco reseco.
Al implicado avisó al sacerdote, quien confirmó que era un demonio que quedaba en el lugar de su pareja cuando ésta marchaba al aquelarre de los viernes. De hecho, la mujer regresó al amanecer y tuvo con confesarlo todo. Fue quemada en la hoguera, a la cual fue echado el tronco.
La idea de la réplica que queda en lugar de la bruja cuando la susodicha acude al sabbat aparece en multitud de tratados sobre brujería. Es la explicación plausible para los inquisidores cuando la persona acusada había dormido en su cama junto a los suyos, pero algún vecino aseguraba haberla visto en el aquelarre. Este hecho no dejaba espacio para la coartada.
Se trata de un motivo que se desarrolla en la tratadística, que no tiene que ver con la brujería tradicional, y que, por tanto, se pone en circulación a partir de lo libresco, solo después pasa a ser popular y es recopilado en esta clase de colecciones.