La bruja chupona, en Brujas en el Pirineo fantástico
Leyendas
2006
Libros del "Cuentamiedos
Joven bruja-vampiresa
Bruja
Lourdes siempre ha sido un pueblo de brujas, incluso después de las apariciones marianas, nos cuenta el recopilador. En el siglo XVII tuvo lugar un suceso estremecedor, pues un joven fue descubierto por la mañana muerto en la cama, por su reciente esposa. No tenía una gota de sangre en el cuerpo y lo que llamó poderosamente la atención es que su miembro viril se hallaba tumefacto y con la marca de dos incisivos.
Poco tiempo después, le sucedió esto a otro muchacho, casado desde hacía poco. Nuevamente, se encontró el cadáver vacío de sangre. Tanto se asustaron los mancebos del pueblo, que algunos familiares se dedicaron a vigilarlos por la noche, armados y escondidos. Uno de ellos fingía no tener miedo y dormía solo al lado de su mujer. Sin embargo, había tomado como precaución untarse sus partes íntimas con una suerte de veneno. En un momento dado, se despertó gritando y también lo hizo su mujer. Algunos vecinos acudieron alertados por los gritos y vieron que el hombre tenía un muerciélago encima, aplicado a sorber su sangre por "la natura". Cuando consiguieron arrancarlo de su miembro, lo mataron de un golpe y lo echaron por la ventana. A la mañana siguiente, bajo la ventana de la casa ya no estaba el murciélago, sino el cuerpo de una muchacha joven y hermosa, que el agredido reconoció como una antigua novia.
Pronto ataron cabos y descubrieron que la mujer era bruja y se había estado vengando de viejos amantes que la habían traicionada para casarse con otras.
Tal y como se aclara al inicio de relato, las brujas solían vampirizar a los niños pequeños, no a los adultos. Sin embargo, aquí encontramos el ejemplo de la vampirización de un adulto, por venganza.