En este relato se cuenta la historia de un carbonero que durante un largo dia de trabajo en el monte conoce a un misterioso hombre que le pregunta si es feliz. El carbonero, trabajando de sol a sol, no puede ser feliz, y así lo expresa. El viejo se ofrece a darle riquezas y dones si averigua la edad que tiene. El protagonista de la historia cuenta su encuentro a su esposa, quien tiene una idea para saber los años de tal anciano. Acompaña a su marido a la montaña en el día acordado, se unta con miel y se revuelca en plumas blancas, de modo que cuando arriba el viejo sale y realiza muecas y movimientos grotescos. De esto modo, el hombre exclama no haber visto nada igual en sus 900 años. Así el carbonero descubre su edad y recibe todo lo prometido por tal personaje.

Aunque en el título se hace alusión a la edad del diablo, en ningún momento se indica que el anciano sea un demonio, aunque sí podemos llegar a la conclusión de que media algún pacto y tal viejo debe de ser una especie de nigromante.