En este relato el protagonista es un joven llamado Lechedeburra porque de pequeño se crio con leche de burra. Un buen día el muchacho decidió irse a recorrer el mundo y por el camino se le unieron Ruedademolino y Tripero. Los tres se enfrentaron a un gran reto cuando supieron que las tres hijas del rey estaban encantadas y que quienes las desencantaran podrían casarse con ellas. Ni Tripero ni Ruedademolino consiguen bajar al pozo; es Lechedeburra quien lo hace y, siguiendo los consejos de una anciana que lo considera amable y educado, logra pasar una serie de pruebas, enfrentarse y vencer al diablo (le corta una oreja) y liberar a las princesas. No obstante, en el momento en que las doncellas son transportadas al exterior, los amigos de Lechedeburra lo traicionan y lo abandonan en el pozo. Ellos se casan con las dos hermanas mayores y la pequeña queda desconosolada y no es creída cuando trata de avisar a su padre.
Mientras tanto, el protagonista, valiéndose de la oreja del diablo, exige la ayuda del mismo y abandona el lugar en el que se encuentra. Finalmente, se casa con la princesa más joven, pero ambos son echados de palacio, pues el monarca no cree ni una palabra de lo que su hija y su yerno le cuentan sobre Ruedademolino y Tripero. Entretando el mandatorio cae enfermo en sucesivas ocasiones y es necesario sanarlo con agua de diferentes fuentes encantadas, a las que siempre acude Lechedeburra, tras la petición de sus cuñados, y con el auxilio del demonio sortea los obstáculas para conseguir el agua. El cuento concluye cuando el héroe presenta pruebas de que ha sido él quien ha salvado la vida al rey y quien liberó a las princesas. Los cuñados son expulsados de palacio y Lechedeburra pasa a ser heredero al trono.
Encontramos, en esta ocasión, a la anciana que aconseja y auxilia al héroe; de ella no se nos dice si es un hada, una hechicera o una bruja, pero posee una función que se repite en muchos de los relatos catalogados en esta base de datos. Por otra parte, el diablo mismo aparece con ese mismo rol, dado que comienza siendo un oponente que, al resultar vencido, se convierte en donante. La oreja que guarda Lechedeburra convoca al diablo con solo morderla, quien se presenta servicial a dar información valiosa para sortear todos los obstáculos y lograr el éxito.