La bruja y la hiel de serpiente (en "Libro de brujas españolas")
Cuento maravilloso
2009
Madrid: Siruela
Bruja
Bruja
Varias son las brujas a las que se alude en esta historia, pues al rey una bruja le echa una maldición, de la que no podrá curarse hasta que se le unte con hiel de serpiente; ingrediente que nadie encuentra. Hasta que una bruja, sabiendo que en un castillo lejano se reunían habitualmente las brujas y ellas usaban ese ingrediente para los hechizos, prueba suerte ella misma. En el camino, sin embargo, debe hacer un alto y un joven le da posada, así que ella le promete ayuda a cambio; una vez en poder de la hiel de serpiente, unos ladrones le roban el preciado material, por lo que la anciana solicita al joven que le dio posada que la recuperte y ella le entregará lo que sobre cuando el rey se haya curado. El muchacho se hace con la hiel y se dirige directamente a palacio, por lo que pronto sana el monarca y el joven recibe mucho dones de él, y deviene rico y poderoso. Pero, según un vaticinio de la bruja, la hiel iría evaporándose con cada alegría de la vida del muchacho y cuando se consumiera la última gota, él moriría. Dado que recibe incluso la mano de la princesa y cada vez es más feliz, teme morir pronto, y decide visitar a la bruja. Ella, que prometió ayudarlo, le da un beso y así le salva la vida.
Vemos en este relato tres tipos de bruja: aquella que lanza la maldición al monarca y, por tanto, su única finalidad es causar el mal; las brujas que se dice que se reúnen en un castillo lejano, que hacen referencia posiblemente a la secta organizada de las brujas y su conventículo; en tercer y último lugar, está la protagonista de la historia, de la cual se resaltan tanto sus conocimientos brujeriles y se añade que "sabía más que el demonio", como su capacidad para otorgar dones. Esta figura se muestra dispuesta a ayudar al rey, pero lo hace porque sabe que recibirá favores; también por el auxilio recibido está dispuesta a salvar la vida del joven que le dio posada, por lo que es una fémina interesada, mas eso no invalida el carácter de donente que presenta en este cuento.