Popular (de Ana Cristina Herreros)
La princesa sin brazos (en "Libro de brujas españolas")
Cuento maravilloso
2009
Madrid: Siruela
Bruja (sin identidad propia)
Bruja
Esta es la historia de un viudo que tiene una hija muy compasiva, que siempre da limosna a quien la pide. Incluso tiene a bien ayudar a una vieja bruja, quien, lejos de mostrar agradecimiento, tal y como es inherente a la condición de este arquetipo, va a hablar con el padre de la joven y le hace creer que la muchacha terminará arruinándolo; luego lo manipula y convence para que la maltrate y la abandone a su suerte. De este modo, queda la doncella atada a un árbol, sin brazos y malherida. Afortunadamente, es descubierta por el hija del rey, y rescatada, pues el príncipe la conduce a palacio, y allí todos le cobran gran amor. Pronto el joven le pide matrimonio y se casan. Pero enseguida ha de partir a la guerra y es en su ausencia cuando la princesa da a luz a un niño y una niña. En este momento reaparece la bruja, con ansias de causar todo el mal posible. Y así lo hace, pues interviene las cartas que se cruzan entre palacio y el rey ausente, de manera que sus sirvientes creen que deben despedir a la reina con sus dos hijos, pues así lo manda su marido. La pobre reina sin brazos ha de partir con sus pequeños y a causa de un accidente sus niños se ahogan en el río y ella no puede hacer nada, pues no tiene brazos. Solo la intervención de la Virgen consigue devolverle tanto a sus hijos como los brazos, y también le otorga un castillo en el que habitar, siempre y cuando sea caritativa con todos los pobres. Allí es donde la encuentra el rey cuando, tras saber de la partida de su esposa por las mentiras de la bruja, sale a encontrar a su familia perdida. Se reconocen y ya nunca se separan. El relato termina con el reencuentro de la reina con su padre y el perdón.
Hallamos en este cuento a una bruja que reconocemos al instante, no porque se nos dé una ajustada descripción, pues en esta clase de relatos no hallamos apenas elementos descriptivos e introspectivos, tal y como señalaba Camarena (1995), sino por el objetivo final del personaje en todo momento: causar el mal. No vemos que la bruja use su poder mágico en ningún momento, pero su maldad es evidente y permite al lector catalogarla como bruja.