Tres hermanos se turnan durante la noche para poder sorprender a un ladrón que les roba las manzanas de un árbol. Los hermanos mayor y mediano caen rendidos por el sueño y no aciertan a descubrir al malandrín, pero el menor sí consigue ver un bulto negro y herirlo, de modo que al huir deja un rastro de sangre y unas huellas, que permiten a los tres jóvenes descubrir la sima en la que habita una bruja. Al bajar por ella el hermano menor, que es el más atrevido de los tres, encuentra a un bella muchacha que está allí cautiva, la cual, como él se ofrece a quedarse y hace que los hermanos la suban a ella con la cuerda, le entrega unos escapularios para que lo protejan. Acto seguido, él comienza a explorar la gruta hasta que encuentra a la bruja, peinándose los cabellos y acompañada de un gato negro que no duda en atacarla. La bruja, mientras tanto, se burla y le saca la lengua, pero el joven le lenza una azada y se la corta (después la guarda), pero la anciana sigue luchando, de modo que, finalmente, el muchacho le cuelga los escapularios, cosa que daña a la bruja. De este modo, consigue obligarla a sacarlo de allí por los aires, con la promesa de que entonces le quitará los escapularios.
Una vez fuera del alcance de la vieja, se dirige hacia el castillo del rey, pues la doncella rescatada era la princesa. El monarca anunció que el libertador de su hija se casaría con ella, pero cuando llega al reino escucha ya los rumores de boda, así que aguarda en una posada y cuando ve pasar a los novios camino de la iglesia (el novio es su hermano mayor), con una fórmula que recita y la ayuda de la lengua de la bruja, se produce un viento huracanado que impide el enlace, y esto sucede en tres ocasiones.
En el pueblo todos piensan que eso es cosa de las malas artes y se denuncia que en la posada anda un extraño extranjero. Una vez personado el hermano menor ante el rey, pide ver a la princesa y ella, sobre todo al reconocer los escapularios, da fe de que él es su auténtico salvador. Así que pronto contraen matrimonio.
Encontramos en este cuento maravilloso a una bruja que es a la vez oponente del protagonista, en tanto primero ladrona, también secuestradora de la princesa y después figura malévola que se enfrenta al hermano menor. El joven vence el obstáculo que supone esta bruja, que vive sola en un lugar apartado, con un gato y posee el poder de volar; y después el haber vencido a este personaje le proporciona un elemento mágico, la lengua de la bruja, que le permite impedir la boda de la princesa con el hermano mayor, y que conduce el desenlace hacia un final feliz para él, el verdadero libertador de la doncella.