Popular (de Ana Cristina Herreros)
Las tres naranjas del amor (en "Libro de brujas españolas")
Cuento maravilloso
2009
Madrid: Siruela
Mujer hechicera
Bruja
Un príncipe, que siempre está triste, recibe la visita de una mujer, hechicera, dispuesta a arrancarle una sonrisa, bailando y tocando música, pero el hijo del rey solo arranca a reír cuando la pobre mujer queda en cueros accidentalmente, por lo que recibe una maldición: no podrá reírse hasta que encuentre las tres naranjas del amor. Así que el joven no puede más que partir en busca de la naranjas, y llegará hasta ella siguiendo las indicaciones de la propia hechicera, a quien pregunta el camino sin reconocerla. Una vez llega al lugar señalado, ha de burla a tres perros y consigue hacer con las naranjas, pierde en el viaje de vuelta a las dos primeras, por falta de agua, pero la tercera, sumergida en el río, se torna una princesa bellísima. Ambos, enamorados, se casan en el primer pueblo que encuentran. Y tienen un hijo antes de volver al reino del príncipe. El día en que llegan al palacio, la princesa espera fuera a que el príncipe avise a los reyes de su llegada y mientras la hechicera aborda a la joven, le clava una aguja en la cabeza que hace que se convierta en una paloma, y ella toma la imagen de la muchacha y ocupa su lugar durante mucho tiempo en palacio. Hasta que el príncipe quita a la paloma que se había hecho amiga de su hijo el alfiler de la cabeza y se descubre la verdad. Entonces se dice que la bruja fue quemada en la plaza pública y los reyes vivieron felices.
Aplicamos la clasificación de bruja porque aunque en un principio, y durante todo el relato, se habla todo el tiempo de mujer hechicera, al final se la convierte en bruja y esta oponente es ajusticiada en la plaza pública, es quemada viva, como sucedía con las brujas.