El pájaro que habla, el árbol que canta y el agua amarilla (en "Libro de brujas españolas")
Cuento maravilloso
2009
Madrid: Siruela
Bruja
Bruja
En este relato vemos que la esposa del un rey (de origen plebeyo), cuyas hermanas están casadas con el panadero y el carnicero de palacio, da a luz a tres hijos sucesivamente, pero en los tres casos, sus hermanas, muy envidiosas, los abandonan y le dan al rey en su lugar diferentes animales. Tras el tercer parto, el monarca, furiosos, empareda a su mujer.
Los niños son criados por un hortelano, y cuando crecen deciden instalarse por su cuenta, en una cabaña en el bosque. Un día en que la hermana está sola, la visita una bruja, que le indica que su casita sería la admiración del mundo si pudieran tener el pájaro que habla, el árbol que canta y el agua amarilla. Enterados los hermanos, primero parte uno de ellos, y se encuentra con un anciano que le da algún consejo y una bola que le guiará, pero el muchacho no sigue los consejos y se convierte en piedra; lo mismo le sucede al segundo; y la tercera en partir es la joven, que sí consigue llegar al lugar donde están los objetos que había señalado la bruja, los consigue, desencanta a su hermanos y a otros muchos que habían permanecido largo tiempo en forma de piedra, e instala en su casita el árbol, el pájaro y el agua amarilla. De hecho, será el pájaro quien avise a los hermanos de que el rey, que en una ocasión los visita, es su padre, y quien explique al monarca que estos tres jóvenes son sus hijos, y ponga en evidencia a las hermanas de la reina, que serán castigadas, y la reina desemparedada.
En esta ocasión se habla de una bruja, pues se trata de una anciana que habita sola en el bosque, pero no se resalta su carácter maligno ni aparece como oponente de los protagonitas; todo lo contrario: es quien les da información muy valiosa sobre una serie de elementos mágicos, gracias a los cuales consiguen desvelar su identidad y reunirse con su familia. Dado el comportamiento de este personaje femenino, podemos concluir que se aplica el nombre de bruja a un actante que en realidad no lo sería, pues no presenta las características más idiosincrásicas del arquetipo.
También aparece un anciano, una especie de sabio, que habita también en el bosque y que es un donante, pues no solo aporta consejos, sino también la bola que ha de conducir a los hermanos a su destino.