En este cuento, número 17, se habla de un astrólogo tan centrado en las cosas del cielo, que olvida percatarse de aquellas del suelo, y un día tropieza y cae dentro de un hoyo. Una vieja aprovecha la ocasión para advertirle que si no es capaz de controlar lo relativo al suelo, ¿cómo va a acertar en lo referente al cielo?
Una vez más, se duda de la veracidad de los vaticinios de los astrólogos.