Joan Timoneda
Buen aviso y Portacuentos
Colección de cuentos
1564
Valencia, Timoneda
Un astrólogo
Astrólogo
(Cuento 56) Un rey ha sabido que un astrólogo ha vaticinado que dentro de un año perderá la vida. Dispuesto a darle una lección, pues lo tiene por falsario, le pregunta si no tendría por mayor astrólogo que él a quien le pronosticase lo que ha de sucederle al pasar un mes; ante la respuesta afirmativa del susodicho, el monarca le anuncia que él (el astrólogo) será azotado y ahorcada, y ordena a su guardia que lo prenda. Ante estos hechos sorprendentes, el mágico pide clemencia, y el mandatario se le concede, siempre que deje de pronosticar sobre casos particulares.
Gracias a este relato, podemos observar cuán vanas se consideraban (por parte de ciertas personas) las creencias en las inflencias de los planetas y, sobre todo, en los vaticinios dados a raíz de la observancia de las influencias celestes. La astrología era practicada por muchas personas, en sy mayor parte hombres, y muchos clientes y creyentes asiduos se dejaban regir por estos "expertos". No obstante, también la astrología conocía detractores o escépticos, a pesar de ser una de las ramas de la magia culta desvinculadas, en su mayor parte, de las relaciones demoníacas.