Padulio es un nigromante de nacionalidad griega que ayuda a solucionar un imporante problema con el que se topa una pareja de amantes. El capitán Cepión Torcato está casado con la matrona romana Enea Sabelina, que le es infiel con el doctor Arsenio Rufo. Cuando la dama se ve en apuros, pues ha de jurar en la boca de la verdad que siempre ha sido fiel a su esposo, Arsenio visita al nigromante para solicitar un remedio. Este, tras los conjuros e invocaciones pertinentes, recibe consejo del demonio Zelbi, que le da una idea infalible, que pasa por que Rufo se haga pasar por otra persona y ayude, camino de la boca de la verdad, a Enea a sacar una astilla del pie. De este modo, cuando la matrona jura no haber sido tocada por otro hombre que no sea su marido o aquel que la ha asistido en el camino, se libra del castigo impuesto por la boca a los que mienten. Los consejos diabólicos han dado resultado y el nigromante ha conseguido su objetivo que no solo era ayudar a sus clientes, sino, sobre todo, cobrar su buena paga.
El tratamiento que se da a este nigromante no es negativo, pues sus remedios son efectivos y no recibe crítica alguna, aunque siempre queda bien claro que los intereses de esta clase de mágicos son puramente económicos.