Sin fechar. Se publica en 1779, en el tomo XXI de la "Colección de obras sueltas así en prosa, como en verso de Don Frey Lope Félix de Vega Carpio, del hábito de San Juan".
Madrid, Antonio de Sancha.
Sempronia
Hechicera celestinesca
En este entremés hallamos al personaje de Sempronia, hechicera celestinesca que hereda su mismo nombre de la obra de Rojas. Esta anciana se declara médico de amores y practica la hechicería para servir a los sentimientos ajenos. De hecho, Susana, la protagonista de la pieza, requiere sus servicios cuando su amante Rosales la desprecia. Es entonces cuando conocemos a la hechicera y la vemos, por primera vez, aplicada ya a menesteres mágicos, manejando ingredientes típicos de este ámbito. La vieja solicita cabellos del susodicho muchacho y Susana los demanda a su criado. El resultado no es el esperado, puesto que los cabellos que la joven recibe no son precisamente de Rosales, sino que han sido tomados de la barbería y pertenecen a varios individuos, que son quienes sufren los efectos del hechizo amoroso, y persiguen sin dilación a Susana. Vemos así la dimensión efectiva pero burlesca de la hechicería amatoria.
Por otro lado, no falta tampoco la vía embaucadora, ya que Sempronia despluma a Gálvez, el cual busca la forma de llegar en un periquete a Lisboa para recuperar el amor de su dama. La vieja le proporciona un remedio, pero este no funciona en absoluto y Gálvez es estafado sin miramientos.
El aspecto más interesante de esta pieza es, además de ser un reflejo de la superstición popular, presentar la doble dimensión de la magia: la efectiva y la embaucadora, pero, en todo caso, jamás se obtiene el resultado esperado.