Celestina, en realidad Elicia, su sobrina, que ha tomado el nombre de esta por la gran fama de la que gozó.
Hechicera celestinesca
Elicia (Celestina) se perfila desde el principio como una digna heredera de su tía y entre sus ocupaciones, muy variadas, destaca la hechicería, como complemento a la tercería. Esta fémina posee un nutrido laboratorio y unos conocimiento similares a los de la Celestina rojana. Media en un caso de amores, el de Lisandro y Roselia, y no duda en realizar un hechizo, antes de personarse ante la joven a la que debe convencer de que inicie una relación con Lisandro. Destacan su seguridad y orgullo, como alcahueta y como mágica, pero esto y el hecho de que consiga de inmediato el éxito en su empresa no la libran de una muerte que sobreviene como castigo a sus acciones.
La Tragicomedia de Lisandro y Roselia resuelve la ambigüedad que pesa sobre La Celestina, pues la misma Elicia aclara que ha conseguido influir en Roselia gracias a la palabra. Además, también se deja claro que la muchacha amaba al joven desde la primera vez que lo vio.