Descripción
Un joven andaluz que vuelve a su tierra cuando ha conseguido hacer un poco de dinero desprecia a varias mujeres que están enamoradas de él, siendo cruel y desconsiderado con ellas. Un día piden posada en el pueblo una señorita y un caballero, y el muchacho se enamora perdidamente de ella. La mujer lo hace sufrir un poco y finalmente le dice que si es capaz de seguir la carroza en la que ella viaja hasta Castilla, se podrá casar con ella. Así lo intentan el mozo, pero encuentra muchos obstáculos en el camino y termina sin fuerzas para moverse. Mientras él intenta avanzar a duras penas, la señorita le dice: "Fueron una, fueron dos, fueron tres y fueron cinco", refiriéndose a las doncellas que penaron por él. En realidad, tanto la muchacha como el caballero son dos anjanas que están vengando la suerta de las chicas y castigando el mal comportamiento del jándalo.