Descripción
Como fuente se aporta la primera parte de los sermones del Rosario de Fr. Bernardino de Custi.
Una mujer muy hipócrita, con nombre Santucia, declaró finalmente que había asesinado a cincuenta niños, y le encontraron algunas cabezas de los mismos.
Observaciones
Se explota aquí la figura de la bruja infanticida, pero que se oculta tras una imagen de santidad, y luego es una cruel asesina que guarda, incluso, como trofeos las cabezas de las criaturas. Se trata de un relato brevísimo, apenas una anécdota, pero en estas pocas líneas se oculta una interesante historia sobre una homicida en serie.