Descripción
La fuente es Joan de Arbelaiz, secretario del Santo Oficio, que dijo que en la villa de San Sebastián una mujer que declarada bruja presentó una olla de ungüento, que servía para acudir al aquelarre tras aplicarlo sobre el cuerpo. Este preparado se lo había entregado el mismo diablo.
Por otra parte, la naturaleza de esta bruja se demostró porque estaba marcada. Ella reconoció que la señal la había hecho el demonio, dentro de su boca, con un punzón agudo que tienen en la uña.
Observaciones
Se especifica, tras este ejemplo, que las francesas afirman haber visto esta marca en el muslo izquierdo, y se caracteriza por ser indolora, pues cuando se clava una aguja en esa zona no duele.
Es este otro breve relato que incluye información sobre la marca diabólica, sobre la cual existía diversidad de opiniones, como se puede observar. Joan de Arbelaiz contaba una cosa y las mujeres francesas presentan otras posibilidades acerca del herraje diabólico.